Gobernar en los medios
o por manoseado deja de tener vigencia el recurso político de ventilar en los medios de comunicación los problemas inherentes a los cargos públicos. Seguramente no deja de tener efectividad.
Por ello los funcionarios prefieren menospreciar los recursos legales y utilizan este procedimiento que nada resuelve, pero quienes lo practican creen que los cubre de una aureola de santidad, en tanto que el exhibido es el representante del demonio, y ello influye en el ánimo público.
Así, el secretario de Finanzas del gobierno del estado, Héctor Apreza Patrón, declaró que el ex gobernador Ángel Aguirre Rivero desvió más de 5 mil millones de pesos sólo durante 2013, y el faltante con que terminó su administración asciende a 18 mil millones de pesos.
Si bien desviar no significa precisamente apoderarse, sustraer o embolsarse algo para beneficio personal, el conglomerado percibe en el ex gobernador un político corrupto que saqueó las arcas del erario estatal.
Menos cuidado ha tenido la Secretaría de Finanzas de dar al asunto tratamiento jurídico; omite, al menos, aclarar qué ha hecho en los canales legales para obligar al ex mandatario a comprobar el buen uso de los recursos. Desde luego, no le toca a Finanzas sancionar, pero sí presentar las denuncias y darles seguimiento de principio a fin hasta lograr un resultado con sus respectivas consecuencias.
Aguirre Rivero tampoco ha hecho lo necesario para comprobar que actuó debidamente, mientras el gobierno estatal actual asesta estocada tras estocada en los medios informativos, a fin de aparentar que el ex mandatario es el culpable de todos los males económicos que padece la actual administración.
Ni uno ni otro hacen lo que deben, a menos que estén negociando para que todo quede exactamente igual, como sucede gobierno tras gobierno.