Un mezcla de violencia atlética y orden, la fuerza domesticada por las reglas, eso fue lo que sedujo a Michelle Contreras a dedicarse al rugby, disciplina casi desconocida en México, pero que crece de manera vigorosa. Ella se dedicaba a la danza árabe, pero el vértigo de este deporte que nunca se detiene la conquistó por completo.

Es salvaje, pero se ejerce con reglas y respeto. Me gustó esta parte de ser agresivo, pero todo en orden. Es contradictorio, ser salvaje pero ordenado, rápido pero pensando, corazón caliente y mente fría; eso me encantó, compartió Contreras, de 23 años.

Me gusta también que es un juego colectivo, por eso nuestras playeras no llevan nombres, porque no importa un jugador solo, sino todo el equipo, abundó.

Hay jugadoras de 17 años hasta señoras de 57 que lo practican en varias categorías. Empezó como un deporte entre las novias de los jugadores, hasta convertirse en una disciplina que empiezan a apropiarse las mujeres, dijo Gonzalo Tejeda, gerente general de la rama femenil en el país.

Este domingo (de 9:30 a 16 horas) se realizará el tercer torneo Rosa de Rugby en el estadio Rubén Tapatío Méndez, para sensibilizar a las mujeres sobre la importancia de la prevención y detección oportuna del cáncer de mama.

El torneo, organizado en colaboración con el gobierno de la Ciudad de México, la UNAM y la Federación Mexicana de Rugby, contará con una feria de servicios de salud del 21 al 23 de octubre, donde se practicarán mastografías, entre otros estudios.