La Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV) negó que se brinde apoyo, por medio de acciones de reparación del daño, a personas relacionadas con el crimen organizado.

En entrevista, el presidente del organismo, Julio Hernández Barros, resaltó ayer que muchas víctimas están siendo acusadas de algunos delitos, pero al mismo tiempo sufrieron tortura, tratos crueles inhumanos y violaciones al debido proceso.

Destacó que el organismo atiende preferentemente a todas aquellas víctimas del fuero federal y con mayor fuerza a aquellos cuyas vidas, integridad física y sicológica y libertad están en riesgo.

También aclaró que la Comisión Nacional de los Derechos Humanos ordena la reparación del daño y nosotros, acatando esas resoluciones, lo hacemos. Anunció que están en búsqueda de mecanismos mucho más ágiles para reparar a más víctimas de delito.

En el contexto de una campaña de reforestación del Memorial de las Víctimas de la Violencia del Estado, ubicado en la colonia Polanco, Hernández Barros anticipó que el martes inaugurarán la primera ciudad víctima en Iguala, Guerrero, para reconocer el estado de vulnerabilidad en que esta localidad se encuentra, con más de 400 familias de personas desaparecidas.

Indicó que en un primer momento, todos los martes en una junta esas familias recibirán información sobre sus casos y la actualización de sus expedientes.

Confió que, en colaboración con la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, posteriormente se construya un parque donde sea digna la estancia de las víctimas, y más adelante poder incluso construir ahí un laboratorio de ADN.

El comisionado presidente de la CEAV resaltó que es aventurado definir el número de víctimas que hay en el país. “Podemos hablar, por ejemplo, de personas desaparecidas, (que serían) más de 26 mil –con Veracruz, Tamaulipas y Guerrero, con el mayor número de casos–; de algunas víctimas de homicidio, (que son) casi 14 mil este año, y también de víctimas de violencia familiar, entre las cuales tenemos varias decenas de miles”, afirmó.

Consideró que la cifra negra sobre el número de desaparecidos en México está disminuyendo, (porque) la gente tiene más confianza para presentar denuncias y hay un esfuerzo más serio en la búsqueda.

Sin embargo, señaló que falta mejorar los sistemas de identificación, mediante la creación de bases de ADN.