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Séptimo festival Carlos Montemayor

Buscan empoderar mediante la poesía

Escritor barbadense recurre al reggae dancehall para que los jóvenes se aproximen a ese género

 
Periódico La Jornada
Martes 11 de octubre de 2016, p. 8

El artista de teatro y poeta barbadense Winston Farrell no se engaña. Reconoce que la mayoría de los jóvenes no se interesan mucho por la poesía, aunque sí la música y en particular el reggae dancehall, ritmo que el también dramaturgo emplea para hacer poesía en el escenario, a la vez que crear conciencia, con muy buenos resultados.

Farrell es uno de los 11 poetas –canceló la ecuatoriana Raquel Antun, por motivos de salud– que participarán en el séptimo Festival de Poesía las Lenguas de América: Carlos Montemayor, que se efectuará el jueves 13 a las 18 horas en la Sala Nezahualcóyotl del Centro Cultural Universitario.

Ayer, en rueda de prensa, Farrell ejemplificó esta faceta de su arte al recitar Black knight (Caballero negro), pieza hablada al estilo dub, considerado un subgénero del reggae. En su primera visita a México, expresó: “Me interesa utilizar mi trabajo para empoderar y transformar a las personas. En Barbados hablamos inglés, pero no el estándar; así que utilizamos el trabajo para deconstruir y reconstruir nuestras vidas como personas caribeñas y parte del mundo”.

Amor para inspirar la paz

Según Farrell, al mundo le hace falta mucho amor: Los poetas proporcionan amor que inspira la paz. Respecto de su trabajo dijo cabalgar entre dos acercamientos: fuera de y sobre la página.

Por su experiencia performancera, dijo, “estoy muy involucrado en lo que llamamos poesía del performance. Soy un poeta del performance, un poeta dub. Sin embargo, en la página escrita exploro la forma y lo artesanal. Deconstruyo la tradición para repararla”.

Se refiere a los poetas muertos, cuya obra suele ser rechazada por los jóvenes en la escuela, de allí la idea de crear la poesía performática y darle otro ángulo, es decir, el ritmo. Emplear las formas naturales de la cultura, de manera que los jóvenes encuentran una conexión con la poesía.

También presente, Rubí Huerta, poeta purépecha, habló de retos. Por ejemplo, crear poesía en lengua indígena y posteriormente interpretarla en castellano. Somos nuestros propios traductores.

Hubert Matiúwàa, representante de la lengua me’phaa de La Montaña, Guerrero, dijo que los participantes en el festival pondrán la palabra, como decimos, en la mesa. También sus experiencias, esperanzas y dolor porque cada quien nombra el mundo desde su lengua. Al nombrar tu lengua nombras tu historia, tu identidad. Nuestra lengua ha sufrido racismo y violencia. Queremos demostrar a los niños que se puede escribir poesía, una novela, un estudio sobre biología, lo que sea, en una lengua originaria.

En La Montaña, ¿qué hay? Aves, árboles, ríos, también muerte y violencia, contestó Matiúwàa. “Al proceso de creación en estas lenguas originarias se le han puesto muchas fronteras. Cada poeta escribe su lengua desde su territorio y allí no hay fronteras. Hemos sufrido racismo en cuanto a la manera de escribir porque dicen: ‘bueno, es un poeta indígena’. Dicen que siempre hablamos de los cantos, sobre las flores, tan relevantes para nuestra cultura, pero podemos hablar de otras cosas”.

Continuó: En Guerrero, como en todos los estados del país, se vive un clima de violencia fuerte que se observa en los tiempos recientes. El poeta perdió un amigo justo por exigir la aparición con vida a los compañeros de Ayotzinapa. La palabra todavía sigue encarcelando.

La rueda de prensa fue encabezado por José del Val, director del Programa Universitario de Estudios de la Diversidad Cultural y la Interculturalidad, de la Universidad Nacional Autónoma de México, y del festival, y Juan Mario Pérez Martínez, secretario técnico de ese programa.