Estrategia ante el magisterio
i alguna duda había en cuanto a la estrategia real del gobierno federal para desactivar las movilizaciones de la disidencia magisterial contra la reforma educativa, la designación del senador René Juárez Cisneros como subsecretario de Gobernación, en el puesto que dejó vacante Luis Enrique Miranda Nava –a cargo, de modo primordial, del trato con la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE)–, contribuye a despejar el panorama, que no pinta bien para ninguna parte.
Quienes conocen la historia reciente de Guerrero saben que durante el mandato de Juárez Cisneros, de 1999 a 2005 –cuando los gobernadores estrenaban la descentralización administrativa del gobierno federal–, fueron creadas unas 10 mil plazas magisteriales al margen de cualquier consulta a la Federación, es decir, sin techo financiero, pues la nómina educativa de los estados era y es pagada por la Secretaría de Educación Pública, en acuerdo con sus similares locales.
Sería ingenuo pensar que tales plazas fueron creadas sólo para satisfacer necesidades educativas del pueblo guerrerense y que nada tenían que ver con el objetivo de aplacar la combatividad de la disidencia magisterial, agrupada en estas tierras en la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación de Guerrero (Ceteg), capaz de convertir el día de campo de cualquier mandatario en una jornada de impotencia, pesadumbre y aflicción. El caso del ex gobernador Ángel Aguirre es prueba de ello.
Desde entonces, para sostener esas plazas y las que fueron creadas después, los administradores de la hacienda estatal no han tenido reparos en desviar recursos asignados por el Congreso local a otros rubros. Ese es, de hecho, el principal origen del déficit en las finanzas estatales, del que ahora es usual responsabilizar a los gobernadores que llegaron a Casa Guerrero después de Juárez Cisneros y que, en conveniente coincidencia, han sido de un partido distinto al Revolucionario Institucional.
Por supuesto, no debe descartarse la posibilidad de que muchas de esas 10 mil plazas originales hayan sido vendidas o regaladas a parientes y amigos o entregadas para pagar compromisos políticos.
Así, es innegable que el hoy subsecretario de Gobernación tiene experiencia en el trato con la disidencia magisterial.