Será investigado por el desvío de millones de dólares en Petrobras
grupo criminal de políticos
Viernes 7 de octubre de 2016, p. 26
Brasilia.
El ex presidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva será investigado bajo sospecha de que integró un grupo criminal organizado
de políticos que desvió millonarias sumas de la estatal Petrobras, informó este jueves el Supremo Tribunal Federal (STF).
El magistrado Teori Zavascki autorizó incluir a Lula da Silva en uno de los expedientes que investigará la participación de dirigentes del Partido de los Trabajadores (PT, izquierda), de Lula, en la red de desvíos, en paralelo a otras pesquisas contra líderes del centroderechista Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), del presidente Michel Temer, y su aliado Partido Populiasta (derecha).
Lula enfrenta ya dos juicios por corrupción y lavado de dinero ante el juez de primera instancia Sergio Moro, de la sureña ciudad de Curitiba, y otro por presunta obstrucción de la justicia, ante un tribunal de Brasilia. Pero es la primera vez que se le investiga por sospechas de que integró una organización criminal en el caso Petrobras, como lo afirmó la fiscalía en un alegato que hasta ahora no ha dado lugar a ninguna acusación formal en su contra.
El STF tiene a cargo los expedientes de la investigación Lavado Rápido que involucran a personalidades con fuero (legisladores y ministros), así como a personas que pudieron haber estado estrechamente asociados a sus actos delictivos.
Se trata de un grupo criminal organizado, comandado y articulado por políticos integrantes de diversos partidos, con el objetivo de viabilizar el enriquecimiento ilícito de ellos y de grupos empresariales, así como de financiar campañas electorales mediante desvíos
de recursos públicos, indicó el fiscal general Rodrigo Janot al solicitar al STF la división de las investigaciones para agilizar los trabajos.
El STF aceptó ese pedido y dividió las investigaciones por partidos. En el caso del PT, la nómina de sospechosos incluye a Lula y a varios ministros de su gobierno (2003-2010) y de su sucesora Dilma Rousseff, con el fin de desenredar una trama corrupta urdida para mantenerse en el poder
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