El escritor y periodista Nicolás Alvarado Vale consideró ayer que hay una campaña en su contra por haber afectado ciertos intereses durante los siete meses de su gestión al frente de Tv UNAM, que concluyó el pasado primero de septiembre.

El también conductor radiofónico y televisivo convocó a una conferencia de prensa en la que fijó su posición respecto a los cuestionamientos emitidos por ex trabajadores de esa televisora en algunos medios de comunicación.

La reunión ocurrió luego de que aquéllos anunciaron el martes pasado la posibilidad de interponer una denuncia en su contra ante la Secretaría de la Función Pública, acusándolo de haber realizado despidos injustificados y contratar empresas para que se encargaran de funciones que ya tenían trabajadores universitarios de base.

A pregunta expresa, el comunicador respondió que sí hubo una instrucción de las autoridades de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) de realizar una actualización y eficientización de los procesos administrativos dentro de la emisora.

Incluso, explicó que a los seis meses de su gestión llegó un nuevo jefe de la unidad administrativa, José Luis Castañón, quien antes fue secretario administrativo de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales y al que se le encomendó eficientizar y optimizar los procesos administrativos en la televisora.

Según Nicolás Alvarado, durante su administración fueron cesados alrededor de 15 trabajadores, entre funcionarios y de confianza, así como algunos que estaban por honorarios y a los cuales no se les renovó contrato.

Entre estos últimos se encuentran los locutores José Luis Reza y Rita Abreu, quienes fueron las voces institucionales de la emisora hasta el pasado 8 de agosto y a los que se remplazó como parte del replanteamiento de imagen de Tv UNAM, que busca captar audiencias más jóvenes.

A todos ellos, aseguró, se les ofreció su liquidación conforme a la ley, además de una indemnización, por no considerar ya necesarios sus servicios y en acuerdo con la Secretaría Administrativa y la Dirección General de Personal de la UNAM.

Explicó que para el propósito de cuadruplicar la producción de la televisora, que pasó de cuatro a 18 horas semanales, se decidió contratar casas productoras o personal de honorarios eventual, a fin, afirmó, de no engrosar una estructura laboral en la subdirección de producción, ya de por sí obesa.

“Con el fin de no lastrar a Tv UNAM con un gasto salarial aún mayor del que ya tiene –y que ronda los 96 millones de pesos anuales–, se optó por contratar empresas o personas por proyecto, buscando a los profesionales mejor capacitados para realizar programas específicos, y a precios adecuados al mercado laboral mexicano actual, evitando a la universidad la generación de vínculos laborales adicionales y procurando una mayor diversidad de lenguajes y estilos en la programación”, agregó.

“Estas producciones fueron realizadas con personal de base de la televisora: camarógrafos, asistentes, iluminadores, constructores de escenografía, personal de transportes, etcétera. Algunas otras son realizadas a la fecha por los funcionarios y el personal de confianza –la gran mayoría– que sigue laborando en Tv UNAM con el mismo personal de base.”

La renuncia de Alvarado a la televisora universitaria ocurrió días después de publicar en un diario de circulación nacional un artículo sobre la muerte del cantautor Juan Gabriel, que causó polémica en las redes sociales, por considerarse ofensivo y discriminatorio.

Todo el apoyo del rector

En la reunión con los medios, Nicolás Alvarado aseguró que siempre contó con todo el apoyo del rector de la máxima casa de estudios, Enrique Graue, a quien dijo conocer desde diciembre del año pasado y que se ha convertido en su amigo personal.

–¿Cuáles son los intereses que dice que afectó?

–Lo que afecté fueron maneras de trabajar en Tv UNAM. Personas que realizaban una hora de televisión a la semana, personas que no respondían a la solicitud de un informe de trabajo, personas que velaban por sus intereses (...) Eran vicios administrativos que no parecía pertinente seguir cultivando.

Mencionó ejemplos concretos, como el de diseñadores que no saben utilizar programas básicos de diseño, y para finalizar reiteró que si de algo tiene que arrepentirse no es de haber escrito el mencionado artículo periodístico, sino de haber aceptado ser funcionario público.