La creación de una instancia específica para atender los problemas del llamado grano aromático no pretende revivir la burocracia del extinto Instituto Mexicano del Café, sino que productores y autoridades unan esfuerzos con el fin de recuperar la producción y rescatar la posición de México en el mercado internacional, explicó Víctor Manuel Villalobos Arámbula, director del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), y asesor de la Secretaría de Agricultura (Sagarpa) en la recuperación del cultivo.

“No pensamos en un instituto, sino en un mecanismo para llegar al productor, con un paquete tecnológico que le permita contener la roya, renovar los cafetales –que tienen más de medio siglo– y conozca a sus competidores en el mercado externo; él debe definir el mecanismo que le es más útil”, dijo.

La producción del ciclo 2015 2016 fue de 2.3 millones de sacos, insuficientes incluso para cubrir la demanda interna. La caficultura nacional, con 700 mil hectáreas productivas –a la que se dedican medio millar de personas en 13 estados– atraviesa una de sus peores crisis de la historia. Los productores demandan la creación de una ley que les proporcione certidumbre jurídica y productiva, así como que para 2017 se les deje al menos el mismo presupuesto del año en curso, de 730.6 millones de pesos, ya que a dicho sector se le resta 22 por ciento, de acuerdo con la propuesta para el año entrante.

Aprender de experiencias

Villalobos explicó que la sugerencia del IICA se basa en la experiencia en los países centroamericanos que también tuvieron una caída en la producción del grano por la roya. La propuesta es traer la experiencia que se desarrolló en Honduras y Guatemala, con muy pocos recursos, políticas adecuadas y en colaboración con los productores; ahora están bien posicionados con su producción. Honduras se erige con el mejor de los ejemplos; produce tres veces más que México, y en un corto lapso logró esto, y todo fue producto de la combinación de las decisiones políticas oportunas, así como de la asistencia técnica adecuada y respuesta de los productores.

Las experiencias, agregó en entrevista Villalobos Arámbula, las pusimos en manos de la Sagarpa. “Pensamos en un mecanismo para llegar al productor con un paquete tecnológico para contener la roya, mantener la calidad en función de las podas y del manejo del cultivo, así como la sustitución de los cafetales viejos, los cuales tienen más de 50 años”.

México también debe considerar que en los mercados internacionales hay una demanda de calidad que desafortunadamente no ha incorporado; por ello, el país necesita sustituir las plantaciones. Sagarpa está facilitando esos materiales, capacitando a los productores con miras a esa productividad y calidad, comentó.

El nuevo instituto no estará encargado de comercializar el grano, pues esa actividad corresponde al sector privado y a los productores. Lo que queremos es capacitar a éstos para que sepan quiénes son sus competidores y conozcan los mercados a los que van a acceder cuando se recupere la producción. Afortunadamente no empezamos de cero, hemos venido descansando en esas experiencias y complementando lo que se ha hecho bien en Oaxaca, Chiapas, y otros estados.

El director del IICA consideró que la nueva instancia para atender al café estará lista antes de finalizar el año, pero lo más importante, aseguró, es llegar al productor, y si el esfuerzo concluye en un instituto, cadena o red de productores es bienvenido; la meta es que el productor aprenda las nuevas formas de producción y comercialización, que surjan de ellos la voluntad y decisión de renovar y reposicionar el café en el mundo. El reto también es analizar en la combinación de la variedad que hay en Costa Rica, más resistente a la roya, con las variedades arábigas que se cultivan en México. En Chiapas hay plantaciones muy buenas, no hay que tocarlas, sólo requieren podas y mejor manejo posterior a la cosecha. El nuevo organismo no es un problema de recursos, dijo.