Alcanzan seis victorias en casa, pero tienen déficit fuera
Francisco Palencia resalta que han ganado respeto de locales
Lunes 3 de octubre de 2016, p. 4
A Pumas nadie le hace nada en su propia casa. Lo que le falta cuando va de visita se potencia cada domingo en Ciudad Universitaria. Esta vez venció sólo por un gol a Jaguares de Chiapas, el último de la tabla que no perecía intimidar demasiado. Esta victoria permite a los auriazules alargar su racha a seis duelos ganados de locales y que en números debe preocupar al rival en turno.
No fue un duelo vistoso ni de vértigo. Jugadas esporádicas y acaso un puñado de llegadas que podían convertirse en algo más que en meros vislumbres. El portero de Jaguares, Liborio Sánchez, tuvo algunas intervenciones que evitaron un marcador más robusto y también corrió con una fortuna inocultable; en cambio, en el área de los universitarios, Alejandro Palacios tuvo un mediodía plácido en el que prácticamente su uniforme quedó limpio.
La única anotación fue inmediatamente después del descanso. Una sorpresa para jugadores, Liborio y los aficionados, quienes no habían regresado del todo a sus asientos. Apenas 30 segundos del primer minuto en el tiempo complementario y Jesús Gallardo se escapó por la izquierda, desde ahí envió una pelota complicada a Matías Britos, incómoda y a media altura, pero el delantero logró rematar con la derecha para anotar.
Antes y después de ese fogonazo sólo hubo pocos amagos y algunos tiros a los que les faltó mejorar la puntería y la suerte. El mediocampista Pablo Barrera insistió, fue voluntarioso y con buen instinto. Buscó el gol desde todas las zonas del terreno, corrió poniendo a prueba su condición física y lo intentó desde larga distancia para medir su toque. Pero se quedó cerca. Una de ellas incluso merecía haber entrado, pues el tiro siguió una trayectoria maravillosa con dirección al ángulo, sin embargo se estrelló en el travesaño.
Y Barrera se veía confiado. En contraste con su compañero Fidel Martínez, quien estuvo fuera de ritmo, sin oportunidad con la pelota y como ausente. Cuando salió nadie lo echó de menos, pues apenas fue un fantasma durante el tiempo que estuvo en la cancha.
En ese momento, Francisco Palencia cambió la táctica y trató de recuperar el control del campo, que empezaba a perder, y para no arriesgar el marcador con tan poca ventaja.
Y poco peligro, aunque con un par de posibilidades, una de Javier Cortés, en un chispazo de ingenio, recortó la marca en la media luna y desde ahí disparó al arco, pero Liborio tuvo una intervención asombrosa y de un manotazo salvó su portería.
Gallardo también buscó la vía de la larga distancia, pero el tiro se fue desviado. Era claro que si en la disputa en el área la defensa de Jaguares no les daría tregua, entonces a lo lejos podía abrirse la oportunidad.
Poco ocurrió después. Sin embargo, al borde del final, Jonathan Fabbro casi hace una mala pasada a los universitarios. Recibió de Dieter Villalpando, definió de zurda y por poco sorprende a Pikolín Palacios, quien en una de sus pocas intervenciones tuvo que lanzarse sobre su costado para impedir el empate.
Pumas alcanzó seis juegos ganados en su cancha y llegó a 20 puntos, para subir al cuarto puesto de la tabla. Jaguares sigue hundido en el último lugar, con apenas seis unidades.
Al finalizar el partido, Francisco Palencia dijo que ganar todos los duelos de local les ha ganado respeto ante los rivales, pero eso lo torna más complicado, pues todos llegan con más reservas. Hemos ganado respeto y eso se hace jugando bien al futbol. Cada día es más peligroso, porque los rivales nos estudian y tenemos que trabajar mucho más
, dijo.