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El ex edil y su esposa daban dinero a jefes del cártel al tiempo que invertían en inmuebles

La pareja Abarca-Pineda lavaba ganancias de Guerreros unidos, revelan pesquisas

Operadores financieros y políticos fueron usados para controlar Iguala, Cocula y Huitzuco

 
Periódico La Jornada
Domingo 2 de octubre de 2016, p. 7

José Luis Abarca, el ex alcalde de Iguala, y su esposa María de los Ángeles Pineda Villa eran los encargados de lavar las ganancias del cártel Guerreros unidos, parte de esos recursos fueron invertidos en un centro joyero y una plaza comercial en esa ciudad de Guerrero.

El matrimonio Abarca-Pineda garantizaba el control de la policía municipal para la organización criminal que dirigía Sidronio Casarrubias Salgado, señalaron funcionarios federales que participan en el gabinete de seguridad nacional y que han participado en la investigación del llamado caso Iguala.

El ex presidente municipal y su esposa construyeron el Centro Joyero de Iguala con una inversión superior a 80 millones de pesos, de acuerdo con las estimaciones de peritajes de la Procuraduría General de la República (PGR).

Los funcionarios entrevistados señalaron que Abarca y María de los Ángeles Pineda recibían dinero de Guerreros unidos y se encargaban de transacciones que permitían que diversos jefes de plaza obtuvieran recursos limpios y al mismo tiempo fortalecían sus finanzas personales adquiriendo o construyendo inmuebles, como es una plaza comercial con un cine.

Las indagatorias –indicaron las fuentes consultadas– revelan una red de operadores financieros y poder político que los integrantes de Guerreros unidos construyeron para controlar toda la región de Iguala, Cocula y Huitzuco, así como extender sus operaciones a zonas del estado de México, como Ixtapan de la Sal.

Las investigaciones en contra de Abarca y Pineda Villa continúan, ya que en los equipos de cómputo encontraron diversas operaciones financieras y vínculos con miembros de la organización que dirigía Sidronio Casarrubias, así como con el grupo de sicarios conocidos como Los Tilos y con Gildardo López, El Cabo Gil, uno de los jefes de plaza; estos últimos son considerados pieza clave en la detención arbitraria y posterior desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, en septiembre de 2014.

Además de las operaciones financieras, la PGR investiga la vinculación que tanto Pineda Villa como el ex alcalde tuvieron con El Caminante, Víctor Hugo Palacios Benítez, también conocido como jefe del grupo Los Tilos, célula de sicarios y halcones (vigilantes) que poseía el cártel de Guerreros unidos y que se encargó de la desaparición de un grupo de estudiantes en siembre de 2014.