El recorte presupuestal que se prevé a escala nacional, aunado a las condiciones económicas del país, traerá como consecuencia un incremento en la desigualdad social, especialmente en ingreso, acceso a la salud, alimentación y educación, afirmó el titular de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedeso) de la Ciudad de México, José Ramón Amieva Gálvez.

En entrevista con La Jornada, el funcionario destacó que las diferencias en la aplicación de los programas sociales impide que haya una coordinación con el gobierno federal en materia de desarrollo y calificó de discriminación que el objetivo de esa política de la Federación sea dotar de lo básico a los ciudadanos y no que vivan en un estado de bienestar.

Recortar el presupuesto va a generar que las personas que están en pobreza no superen ese estado y quienes no tenían esa condición ahora puedan caer en ella, es decir, se genera una mayor situación de vulnerabilidad.

Resaltó que ante este panorama lo que hace la Ciudad de México es volver más eficientes los programas sociales para que solventen todas las necesidades de los ciudadanos, tal vez con mayores recursos en algunos rubros y enlazarlos para que sean integrales, como es el caso de los comedores comunitarios, que de 370 se incrementarán a 500 durante este año.

Amieva Gálvez, quien hoy comparece ante la Asamblea Legislativa como parte de la glosa del cuarto Informe de gobierno, destacó que los programas sociales de la ciudad son financiados con recursos propios, de allí que el propósito es mantener la contribución local y asignar 100 por ciento de la misma a la política en la materia, con lo que se garantiza que no habrá reducciones presupuestarias y se da continuidad a los proyectos.

Reconoció que no hay coordinación con el gobierno federal en materia de desarrollo social, ya que existen opiniones encontradas sobre las formas y mecanismos en que se aplican los programas; como ejemplo, citó el caso de los comedores públicos capitalinos, en los cuales no se sirve ningún alimento en polvo o que no cumpla con el valor calórico o nutrimental adecuado.

En materia de desarrollo existe la buena voluntad para compartir (los programas sociales). En el momento en que podamos decir estas son las prioridades que tenemos y vamos a ver cuál es la mejor forma de atenderlas, surgirá la coordinación eficiente, manifestó.

Resaltó que la principal diferencia entre la política social de la ciudad y la federal, es que “los programas aquí no van enfocados a lo básico, ni a un nivel focalizado y asistencialista, por lo que, subrayó, se discrimina a la mayor parte de los mexicanos, con conceptos como salario mínimo y canasta básica, pues con esto estamos diciendo que tienen que sobrevivir con lo básico y no vivir dentro de un estado de bienestar.

Por ello, agregó, la invitación (a la Federación) sería adoptar un sistema de garantías sociales, progresivo, eficiente y honesto de programas sociales, como el que se aplica en la ciudad de México, ya que, aseguró, los proyectos de éxito no se presumen, se comparten.

En cuanto a su comparecencia, el titular de la Sedeso señaló que dará cuenta a los diputados locales de una mayor cobertura y mejor aplicación de los programas sociales, al destacar casos como la atención a adultos mayores, que no sólo se limita a una pensión mensual de mil 75 pesos, sino que con los servicios que se otorga a este sector de la población en materia de salud, créditos y turismo, entre otros, se rebasan los 3 mil 500 pesos.