Sebastián recibió el órgano a los 9 años; 36 meses después se recuperó
Lunes 26 de septiembre de 2016, p. 36
Sebastián es una de las pocas personas en México que han podido conseguir un trasplante de corazón, y él es, además, el paciente más joven en esta condición del Instituto Mexicano del Seguro Social. Tenía 9 años cuando le realizaron la intervención quirúrgica y ahora, tres años después, lleva una vida casi como la de cualquier otro niño de su edad.
Aunque la falla cardiaca es un problema frecuente en el país, no todos los enfermos son candidatos a una cirugía sustitutiva. Hasta junio pasado, en el Registro Nacional de Trasplantes estaban inscritos 54 personas en espera de un corazón, de los cuales 11 eran menores de 15 años. Se realizaron 17 intervenciones entre enero y junio de 2016, pero ninguna en niños.
Por eso el caso de Sebastián llama la atención en el contexto del Día Nacional, de la Donación y Trasplante de Organos (26 de septiembre). El niño tenía un bloqueo aurículo ventricular congénito, lo que hacía que su corazón latiera con una frecuencia muy baja. Cuando tenía un mes y medio de edad llegó a la Unidad Médica de Alta Especialidad del Hospital General del Centro Médico Nacional (CMN) La Raza, donde le colocaron un marcapasos y desde entonces acudió a revisiones constantes.
A los 3 años de edad hubo necesidad de cambiar el dispositivo, pero con el tiempo su corazón creció más de lo normal y desarrolló una cardiopatía dilatada, lo que lo llevó a una falla del músculo, explicó Raúl Pedraza, especialista en medicina interna y medicina crítica del CMN La Raza.
Gabriela de la Cruz, madre de Sebastián, recordó que cuando su hijo tenía cinco años, los médicos le explicaron que su única alternativa para vivir era un trasplante de corazón. Lo siguieron controlando hasta que en enero de 2013 su situación se agravó y Sebastián ingresó al hospital, donde permaneció casi cuatro meses.
El especialista y la madre del pequeño se refieren a la llegada del corazón, donado por una niña de 5 años, como algo afortunado, porque su pronóstico de vida en el corto plazo era muy malo.
La madre comentó que antes de la cirugía Sebastián prácticamente no crecía y pesaba apenas 19 kilogramos.
El doctor Pedraza explicó que luego de la cirugía el niño cayó en una situación clínica de gravedad, pero logró recuperarse y su organismo aceptó el órgano trasplantado. Actualmente, en las revisiones médicas sale con una condición similar a la de cualquier niño sano.
Aunque requiere tomar medicamentos todos los días, para evitar que su organismo rechace el corazón, este trabaja de manera normal. El niño acude cada tres o seis meses a sus citas para estudios de laboratorio y consultas con los especialistas.
Guillermo Careaga, director del Hospital General La Raza, resaltó que Sebastián recuperó su salud gracias a que una familia donó el corazón de su hija, pero tenemos muchos pacientes que también necesitan de este o algún otro órgano y podrían salvar su vida con un trasplante
.
El próximo 6 de octubre Sebastián cumplirá 12 años y, aparte de tomar sus medicinas todos los días, tiende su cama y advierte que ahora puede correr sin sofocarse. Antes no podía comer casi nada. Sólo pollo. Ahora como de todo
, dice el pequeño con amplia sonrisa. También sabe que no debe cargar objetos muy pesados. Tampoco fumar ni tomar alcohol. Me tengo que cuidar
, afirma.