La división social en torno a los derechos de la diversidad sexual partió ayer en dos la principal avenida de la capital del país. De un lado de Paseo de la Reforma quedaron los que se oponen y del otro, los que enarbolan esa lucha. A la población lésbico, gay, bisexual, travesti, transexual, transgénero e intersexual (LGBTTTI) le tocó el flanco norte, hacia donde mira el Ángel de la Independencia.

Activistas y ciudadanos que no pertenecen a alguna organización, acompañados de familiares y amigos, se concentraron en las inmediaciones del Ángel, por unas seis horas, en una acción que definieron de defensa de la victoria alada.

El Frente Nacional por la Familia (FNF) había anunciado desde hacía varias semanas que su marcha contra el matrimonio igualitario llegaría a ese monumento. Logramos que el símbolo de la libertad no fuera invadido por ellos. Pretendían subir a sus escalinatas y no pudieron, señaló el activista Cristian Galarza, del Frente Orgullo Nacional (FON), agrupación defensora de la diversidad sexual.

Alrededor de las 11 de la mañana llegaron los primeros contingentes armados con enormes banderas multicolores, globos y flores. Se mantuvieron a unos metros de la glorieta, pues estaba rodeada por vallas metálicas y elementos de la Secretaría de Seguridad Pública de la Ciudad de México. Sobre Reforma, les era imposible cruzar las calles de Florencia o Río Tíber para llegar a espaldas del Ángel, el lugar que correspondió a los del FNF.

Entre los asistentes se encontraban el encargado de la Secretaría de la Diversidad Sexual del PRI local, Rafael Ramírez; el diputado local Alfonso Suárez del Real (Morena), y la diputada federal Cristina Gaytán (PRD).

No hubo un pronunciamiento conjunto, sino mensajes de amor y de orgullo por ser lo que somos. Sin mayores recursos, contrataron un equipo de sonido. Las flores, cartulinas y globos que llevaban fueron costeadas de manera individual. “No tuvimos acarreados como los del FNF, aquí todo el mundo vino con su dinero, su talento. Llegaron en bici o en Metro”, subrayó Galarza.

Estamos aquí porque somos uno de los 16 tipos de familia que conviven en México: las familias lesbomaternales, formadas por dos mamás, tres o más. Queremos hacernos visibles para hacer patente que existimos desde hace mucho, apuntó Ana de Alejandro, una de las fundadoras de la Red de Madres Lesbianas de México.

Según el FON, que aglutina a más de 60 organizaciones LGBTTTI y que convocó a esta manifestación, acudieron más de mil personas. Aunque esperaban más de 2 mil, participaron diferentes corrientes de ese movimiento. Desde las lesbofeministas, asociadas por algunos al radicalismo, hasta los vaqueros homosexuales.

El estigma y la discriminación son, en realidad, lo que nos hace ser comunidad, señaló la víspera el activista Iván Tagle, dirigente de la organización Yaaj México.

Las lesbofeministas llegaron al ritmo de la vulvatucada. Vestidas de brujas, algunas semidesnudas, otras con la cara cubierta, propusieron: ¡Sexo anal contra el capital! Hasta allá llevaron su aquelarre, derramaron pintura roja sobre sus cuerpos como símbolo de las que han sido asesinadas por su orientación sexual. Sobre la avenida pintaron la leyenda Iglesia asesina. Luego tomaron el micrófono y se deslindaron del FON.

La mayor concentración se ubicó alrededor del equipo de sonido, justamente donde estaba el micrófono. Por momentos aquello era un karaoke y por otros, tribuna de denuncia de actos de discriminación y violencia, porque somos jotos y jotas. Hasta peticiones de matrimonio hubo. Mariana dijo sí a Sonia.

Rocío Jaramillo, del FON, daba la palabra a los participantes y, de vez en vez, accedía a soltar ese vozarrón y se echaba un palomazo. Era una rockstar.

Del otro lado unos hombres destacaban entre los tacones, el maquillaje sobrecargado o los rostros cubiertos: eran los integrantes de la organización Vaqueros del Centro de México. Sombrero, camisa a cuadros, botas y bigotazo reforzaban la imagen viril de Rubén Vergara. Pero eso no me quita lo homosexual, también soy de ambiente, dijo orgulloso.

La manifestación, que se realizó cerca de la Zona Rosa, área concurrida por la comunidad gay, terminó alrededor de las 5 de la tarde.

(Con información de Alma Muñoz)