Sangre nueva
l triunfo de AMLO dejó de ser posible y se volvió probable: no sólo es la ventaja en las encuestas, EPN arrastra en su caída al PRI; el PAN y los demás partidos de derecha no encuentran un buen candidato. Y parece que no tendrán tiempo de encontrarlo. En contraste, AMLO luce cualidades como tenacidad, honradez, efectividad en el gobierno y en la política que, sumadas al desprestigio de sus adversarios, le pueden abrir las puertas a la oportunidad. Falta tiempo y hay muchos factores pendientes. El triunfo de AMLO será difícil si no tiene organización para promover y, sobre todo, defender el voto.
Si su triunfo se concreta producirá una sacudida en la sociedad mexicana con múltiples efectos. No se limitará a un cambio
de gobierno, tendrá consecuencias históricas. Cabe destacar dos:
El primero, un nuevo proyecto del Estado nacional: la consolidación de un sistema democrático con rendición de cuentas. Una estrategia nueva centrada en la defensa del interés, la cultura y los recursos nacionales. Una nueva política económica en la que la firme rectoría estatal se combine con un sano mercado y con el debilitamiento de la tremenda concentración monopólica que padecemos. Una función redistributiva para disminuir la desigualdad e incorporar a millones a la vida económica. En fin, algo radicalmente distinto a lo que se ha hecho en los últimos 40 años.
El segundo, la incorporación de una nueva generación política: varias generaciones fracasaron en la tarea de rectificar el rumbo del país. La generación de cincuentones o sesentones
que hoy es hegemónica tendrá que ceder ante el empuje de una nueva generación, los que ahora tienen entre 30 y 45 años, cuya vocación es acabar con el viejo sistema autoritario. En esto coinciden con la coyuntura de AMLO.
No será fácil, porque en la élite hay un estamento de políticos viejos, muy corruptos, conservadores y muy poderosos. El triunfo de AMLO podría conmover hasta sus cimientos el establishment. La nueva generación que avanza no sólo está compuesta por mandones de la política, sino también por empresarios, académicos, pensadores, jóvenes, entre ellos gente muy creativa que ha asimilado las nuevas tecnologías. Ellos han vivido la decadencia y una serie de infortunios y males que han llevado a México al borde del desastre. Todo esto se convierte para ellos en una incitación a la que deberán responder. La misión de AMLO no se limitará a ganar la Presidencia sino en recuperar el impulso histórico que le dé a México el papel que merece.
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