Los incrementos en los precios de la electricidad, gasolina y de materias primas como el azúcar, así como la depreciación del peso frente al dólar, están impactando de manera importante al sector panadero nacional, que ante la debilidad del mercado interno analiza disminuir sus utilidades para no trasladar las alzas al consumidor final, aunque eso significará una menor generación de puestos de trabajo en el futuro por la baja en la inversión, dijo el director general de la Cámara Nacional de la Industria Panificadora (Canainpa), Jonás Murillo González.

En entrevista, el dirigente señaló que el tipo de cambio impactará a los proveedores del sector panadero, puesto que 75 por ciento del trigo que los molineros utilizan para fabricar harina viene del exterior y se cotiza en dólares.

Durante la semana, el tipo de cambio alcanzó un nuevo máximo de 20.13 en ventanillas bancarias y en lo que va del año, la depreciación del peso es de 19 por ciento en la venta libre al público en bancos.

Además, Murillo González señaló que las alzas a la gasolina y el diésel encarecen los costos de reparto pues la mitad de la producción de las panaderías no se vende en el lugar donde se fabrica, sino que se traslada a comedores industriales, tienditas, restaurantes, etcétera por medio de camionetas.

Eso en la parte de panadería tradicional, pero en la parte del pan industrializado todo se mueve en camión, tanto lo que va congelado como empacado, todo eso se fabrica en una planta y se distribuye por toda la República y por toda la ciudad. Las afectaciones sí son altas, advirtió.

El último incremento de precios en los combustibles entró en vigor el primero de septiembre, cuando la gasolina Magna subió a 13.98 pesos por litro y el diesel a 14.45 pesos por litro.

La gasolina Magna acumula incremento de 15.2 por ciento en lo que va del gobierno de Enrique Peña Nieto con el alza de septiembre, mientras el diésel ha aumentado 15.6 por ciento en el mismo lapso.

También las alzas en la electricidad ha representado una afectación importante para el sector, pues alrededor de 5 por ciento de los costos de producción son en electricidad.

A finales de agosto la Comisión Federal de Electricidad anunció que a partir del primero de septiembre las tarifas para uso industrial subían entre 6.5 y 8.4 por ciento respecto de los precios en septiembre del año pasado, el tercer anuncio consecutivo en dichas tarifas.

El directivo estimó que dicha alza supone un gasto para la industria de alrededor de 700 millones de pesos en un año, lo que representa un impacto importante.

Esperemos que todas estas alzas no deriven en cierres pero sí derivan en desinversión porque al final si el industrial gana menos pues obviamente puede invertir menos y puede afectar la generación de puestos de trabajo, señaló.

El dirigente también comentó que algunos insumos se han incrementado considerablemente, como es el caso del azúcar, que cuesta el doble de lo del año pasado.