El volibolista olímpico Daniel Vargas Osorio alista las maletas para viajar a Líbano, donde participará en la liga profesional de ese país en el equipo Tannourine Club, luego de probar fortuna en Chipre (2014 y 2015) y una temporada antes en Finlandia (2014).

Comentó que el contrato con el equipo asiático lo firmó antes de los Juegos Olímpicos de Río 2016, con la idea no sólo de mantenerse activo y en un buen nivel, sino también a la espera de que en México pueda crearse una liga profesional que sirva a los nacionales para superarse.

Hizo hincapié en que si bien hay algunos mexicanos en equipos profesionales europeos, “no es nada fácil lograr que te contraten. Es bien raro, porque afuera se conoce poco o casi nada del nivel que tenemos en el país, por lo que debe trabajarse fuerte –sobre todo en competencias internacionales– para que nos vean y nos lleven”.

Con dos años de experiencia como profesional en sextetas extranjeras, el competidor de 1.97 metros de estatura y 95 kilogramos de peso, platicó que en ese ámbito “debes cuidarte de mucha cosas, porque hay muchos intereses. Tuve una mala experiencia en Chipre, donde se dan las apuestas y ofrecen o te presionan para perder o ganar un set, aunque al final triunfes en el partido.

Se dan muchas cosas de ese tipo... además, a veces pasas varios meses sin que te paguen, pero bueno, a veces se sufre de más para lograr lo que anhelas.

Aunque valora su carrera como profesional, afirmó que es más importante estar en unos Juegos Olímpicos. Mi meta máxima era llegar a un Mundial, lo logré y después pude ir al profesional, pero más agradezco que tuve la gran fortuna de ir a Río 2016.