Miércoles 21 de septiembre de 2016, p. 13
La educación debe ser un modelo para la democracia; por ello los cambios necesarios en el sistema de enseñanza no deben decidirse autoritariamente, sino en un debate público en el que participen el gobierno, la empresa, la docencia y la sociedad civil, planteó el rector de la Universidad Iberoamericana, David Fernández Dávalos, en la inauguración del foro de análisis El modelo educativo 2016, realizado en la institución y en el que participaron expertos provenientes de más de una decena de casas de estudio e institutos de investigación.
El encuentro tuvo por objetivo criticar y debatir la coherencia, claridad y pertinencia del modelo educativo que afecta a 26 millones de estudiantes de educación básica y millón y medio de profesores, señaló Javier Loredo, director del Departamento de Educación de la Universidad Iberoamericana.
Aunque la reforma educativa pretendía recuperar la rectoría del Estado, esto es lo menos que se ha visto, señaló Ángel Díaz Barriga, colaborador del Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Para Juan Carlos Silas, experto del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente, el modelo educativo es una especie de capirotada conceptual
que junta conceptos sin ton ni son, aunque se trata de un documento optimista.
Sin embargo, el modelo es más parecido a una declaración de principios que señala qué es lo que le inspira, adónde se pretende llegar, pero no menciona cómo lograrlo, dijo.