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Tardígrado, conocido como osito de agua, posee atributos que lo hacen indestructible

Proteína de un animal minúsculo protege a ADN humano de rayos X

Sobrevive al agua hirviendo y a temperaturas bajo cero; es capaz de salir ileso de la deshidratación extrema y reparar su propio material genético, explica investigador de la Universidad de Kioto

Foto
Tardígrado hidratado (Ramazzottius varieornatus), visto al microscopioFoto Afp
 
Periódico La Jornada
Miércoles 21 de septiembre de 2016, p. 2

París.

Una proteína fabricada por el minúsculo tardígrado, el animal más indestructible del planeta también conocido como osito de agua, podría proteger al ADN humano de los rayos X, según investigadores japoneses.

Lo increíble es que la proteína que confiere al tardígrado esa resistencia puede ser transferida a otras células animales, explicó Takekazu Kunieda, de la Universidad de Kioto, coautor del estudio publicado este martes en la revista británica Nature Communications.

Apodados ositos de agua a causa de su cuerpo redondeado por el naturalista alemán Johann Goeze, que los describió en el siglo XVIII, los tardígrados viven en casi todo el planeta. Miden apenas medio milímetro de largo y se desplazan lenta y torpemente gracias a sus ocho patas con garras. Pero lo que fascina a los científicos no es su apariencia física de bolsa de aspiradora, sino su excepcional capacidad de adaptación, su increíble resistencia a condiciones extremas que matarían a cualquier otro ser vivo.

El animal puede permanecer a temperaturas muy por debajo de cero y apenas 20 minutos después de salir del congelador pasea de lo más campante, lo cual también puede hacer tras un baño de agua hirviendo.

Longevidad que hace soñar

Tiene una longevidad que hace soñar y resiste al vacío espacial. En 2007, miles de ositos de agua viajaron a bordo de una nave espacial y fueron expuestos al vacío del espacio a 270 kilómetros de altura.

A su regreso, la mayoría de estos minúsculos invertebrados no presentaban alteración biológica alguna, e incluso se reprodujeron normalmente. Una hazaña que en las redes sociales le valió una filiación –un poco apresurada– con E.T. Los ositos de agua sobreviven a presiones equivalentes a 300 veces la de la atmósfera y a dosis de rayos ultravioletas mortales para la mayoría de organismos vivos. Una serie de superpoderes que son un enigma para la ciencia.

Al efectuar la secuencia de ADN del tardígrado, Takekazu Kunieda y sus colegas identificaron una proteína que protege el ADN del animal cuando es irradiado. Según los investigadores, se trata de una proteína específica de los tardígrados.

Tras investigar más a fondo, los biólogos constataron en laboratorio que esta proteína puede proteger a las células humanas de los rayos X.

Es asombroso ver que un sólo gen sea suficiente para mejorar la tolerancia de las células humanas a las radiaciones, admitió el biólogo. Protegido por la proteína del tardígrado, el ADN padece dos veces menos daños, según el estudio.

Pensamos que podría funcionar como una especie de escudo capaz de proteger el ADN humano contra los ataques, explicó el japonés. El secreto de las otras increíbles capacidades de resistencia del tardígrado podría también hallarse en su genoma, en particular la relacionada con la extrema sequía. Privado de agua, el animal es capaz de secarse por completo y sobrevivir con uno por ciento de la cantidad de agua que habitualmente contiene.

Su ADN se divide en múltiples pedazos pequeños. Queda en un estado cercano a la ausencia de vida, durante el cual su actividad vital se reduce al 0.01 por ciento de lo normal. Hasta la llegada de días mejores.

Lo más sorprendente es que después, en el proceso de rehidratación, los tardígrados pueden reparar su propio ADN dañado y salir ilesos de esta deshidratación extrema.

Si la tolerancia a la desecación es transferible va a transformar por completo nuestra manera de conservar materiales biológicos (células, cultivos, carnes, pescados), señaló Takekazu Kunieda. Sin embargo, evocando los dilemas éticos de las manipulaciones genéticas, admitió: No creo que ello suceda en un futuro cercano.