Moscú.

En medio de una apatía generalizada en Moscú y otras grandes urbes, así como de las tradicionales irregularidades en el interior del país, el partido oficialista Rusia Unida obtuvo el mayor número de votos en las elecciones legislativas celebradas este domingo para renovar la Duma o cámara baja del Parlamento ruso.

Según los datos oficiales, dados a conocer por la Comisión Central Electoral hacia las 1:30 horas de este lunes, con el 35.10 por ciento del escrutinio, Rusia Unida lleva 52.53 por ciento, seguido del Partido Comunista con 14.43; Partido Liberal Democrático con 14.39; y Rusia Justa con 6.28.

De tal modo, junto con el partido de los seguidores del presidente Vladimir Putin, de las 14 formaciones inscritas en las boletas, sólo tres –el Liberal Democrático, el Partido Comunista y Rusia Justa– pudieron rebasar el 5 por ciento de los votos que da derecho al reparto de los escaños plurinominales.

No cabe esperar que haya en la Duma un cambio real respecto de la anterior composición de la cámara de diputados. Lo más probable es que las bancadas minoritarias ejerzan una suerte de oposición virtual y, a la hora de la verdad, siempre acaben votando como la mayoría, esto es, como marquen desde el Kremlin.

Habrá que esperar a que termine el conteo para saber cuántos diputados tendrá cada partido, dado que esta vez la mitad de los 450 curules se eligieron por sistema proporcional y listas de partido y los otros 225, en distritos mayoritarios y mayoría simple.

Sin embargo, la euforia ya prima en el campo oficialista. El subjefe de la oficina de la Presidencia, Viacheslav Volodin, y también candidato plurinominal, estimó que Rusia Unida volverá a tener la mayoría constitucional de dos tercios (300 diputados como mínimo).

La máquina de imprimir leyes

De ser así, se volverá a repetir el desequilibrio que convirtió la anterior Duma en una máquina desbocada de imprimir leyes sin apenas revisar los textos, después de que su entonces líder determinó que el Parlamento no es un lugar para debatir nada, dos demoledoras frases que describen la sumisión del Legislativo al Ejecutivo en Rusia.

La escasa participación –de menos de 40 por ciento del padrón– determinó los resultados. Mientras en los lugares que es más difícil alterar los resultados la asistencia apenas llegó a 30 por ciento, en las repúblicas subsidiadas del Cáucaso del Norte y otras regiones gobernadas por caudillos como la de Kemerovo, Tiumen, Tatarstán o Bashkiria, sucedió lo de siempre: los oficialistas arrollaron.

La inclusión en las boletas de organizaciones que a nadie representan sólo sirvió para dispersar el voto, de igual manera que adelantar tres meses la fecha de la votación –cuando parte considerable del electorado, los pensionados, todavía no regresan a la ciudades de sus dachas (casas de campo)– influyó en la baja participación y, a pesar del malestar por la crisis económica, facilitó en los distritos uninominales el triunfo de los candidatos oficialistas.

A nivel federal, muy pocos opositores, a través de los distritos mayoritarios, podrán acceder a la Duma.