El sindicato, profesores, operadores de ex directores, colectivos estudiantiles, entre otros, tienen representantes en la Comisión Organizadora del Congreso Nacional Politécnico (COCNP), y algunos miembros de la comunidad de esta institución atribuyen al choque de los intereses de estos grupos las dificultades que ésta ha tenido para emprender el congreso que refundará al Instituto Politécnico Nacional (IPN).

Julio Gregorio Mendoza, secretario general del IPN y quien encabeza a los 10 funcionarios representantes de la dirección general en la comisión, ha alertado que entre los integrantes de la comisión organizadora están representados todos los grupos políticos que actúan en esta casa de estudios y que se sabe que algunos grupos no quieren el congreso, comentó en entrevista realizada en días pasados.

En sus sesiones recientes, la Asamblea General Politécnica (AGP), el organismo estudiantil que coordinó el movimiento de 2014 que mantuvo en paro de labores por más de dos meses al IPN y que ganó, entre otras cosas, la celebración del Congreso Nacional Politécnico, ha criticado que colectivos de trabajadores y directivos que tienen representantes en la COCNP están ya en la lucha por la sucesión en la dirección general del IPN y quieren imponer su agenda en los trabajos de la comisión organizadora.

El titular del IPN, Enrique Fernández Fassnacht, comenzará en noviembre el último de los tres años para los que fue nombrado director general por el presidente Enrique Peña Nieto. Y aunque aún puede ser nombrado para un periodo más de tres años, hay politécnicos que consideran que la lucha por la sucesión ya está abierta y está presente en la comisión organizadora, que ha sesionado en dos ocasiones y aún no ha podido avanzar en la organización del congreso.

En su primera sesión, celebrada el 4 de julio, los miembros de la COCNP tuvieron una caótica reunión, que terminó con las autoridades abandonando el salón y con una parte de los maestros, trabajadores y estudiantes que organizarán el congreso debatiendo y votando decisiones que implicaban no aplicar las reglas para la operación de la comisión acordadas por la AGP y Fernández Fassnacht. Éstos están facultados para ello, según los acuerdos de 2014, en los que el gobierno federal dio el visto bueno a la celebración del congreso.

La segunda reunión de la comisión, celebrada el 8 de septiembre, se invirtió en asuntos similares.

Por supuesto, el choque de grupos no es la única explicación que los politécnicos dan a las dificultades que ha tenido la comisión para trabajar. Hay trabajadores, académicos y estudiantes que consideran que la AGP y la dirección general pretenden celebrar una especie de congreso a modo y que por eso aprobaron unas reglas para el funcionamiento de la comisión sin consultar a los comisionados. De ahí, dicen estas otras voces, la oposición que ha existido a estas reglas.