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Denuncian sioux que las obras dañan tierras indígenas sagradas

Aplaza juez la construcción de oleoducto en Dakota del Norte
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Estadunidenses protestaron el miércoles pasado contra la edificación del oleoducto arrojando botes de aceite en un campamento cercano al sitio donde se llevan a cabo las obrasFoto Ap
 
Periódico La Jornada
Domingo 18 de septiembre de 2016, p. 21

Fargo.

Un tribunal ordenó cesar la construcción de un oleoducto en Dakota del Norte mientras estudia una petición de la tribu estadunidense Standing Rock Sioux que busca frenar la obra, informó ayer un panel de tres jueces de la Corte Federal de Apelaciones de Circuito del distrito de Columbia.

El fallo plantea que debe cesar temporalmente la edificación del oleoducto Dakota Access a una distancia de 20 millas (32 kilómetros) a cada lado del lago Oahe. El panel, sin embargo, aclaró que de ninguna manera la decisión se debe interpretar como opinión sobre la petición indígena.

El 9 de septiembre el gobierno ordenó cesar la construcción sobre terrenos del cuerpo de ingenieros del ejército alrededor y por debajo del lago, luego de que un juez federal rechazó el pedido de la tribu de suspender las obras para el oleoducto, de unos mil 800 kilómetros.

La decisión, tomada el viernes, ocurrió a raíz de la apelación que la tribu hizo de ese fallo del juez federal.

Los nativos señalan que el oleoducto, cuya construcción está a cargo de la empresa Energy Transfer Partners, cruzará territorios indígenas (protegidos por tratados), cementerios sagrados y, a poca distancia, el gran río Misuri, fuente de agua potable y de uso agrario para millones de estadunidenses.

El oleoducto está diseñado para transportar petróleo de la región Bakken, Dakota del Norte, a refinerías del sur de Illinois. Es un proyecto de 3 mil 700 millones de dólares.

En otra disputa relacionada con nativos, el Servicio Forestal de Estados Unidos ofreció disculpas tras destrozar parte del Sendero de Lágrimas, en los Apalaches, que los nativos estadunidenses consideran tierra sagrada.

El tramo del sendero dañado está en el borde del Bosque Nacional Cheroqui, de Tenesí, cerca de Fort Armistead. Este es uno de los puntos donde los cheroquis fueron retenidos durante su migración forzada al oeste del país en la década de 1830, viaje que dejó miles de muertos.