Estados Unidos y México comparten cientos de miles de estudiantes; sin embargo, sus necesidades educativas no son satisfechas y su potencial de desarrollo se encuentra en peligro debido a la falta de comunicación, barreras burocráticas y de idioma, coincidieron académicos y especialistas en el simposio binacional Los estudiantes que compartimos, realizados en la Casa de la Universidad de California en México.

Además coincidieron en que las oportunidades educativas son inadecuadas y desiguales en ambos países. Indicaron por ejemplo que más de 400 mil niños nacidos en el vecino país del norte en edad escolar y sus familias buscan integrarse en escuelas mexicanas.

Manifestaron que los estudiantes regresan a México pero fracasan en su intento de ingresar a las aulas, y aunque no se encuentran contabilizados en dicha cifra, representan un grupo altamente vulnerable. Otros 700 mil infantes mexicanos en Estados Unidos, así como millones de ciudadanos estadunidenses hijos de padres mexicanos comparten luchas paralelas en aquella nación.

Estos alumnos brillantes, bilingües y biculturales representan un enorme activo para nuestros dos países, pero con demasiada frecuencia se ven atrapados en un sistema educativo que podría ser tierra de nadie, donde las luchas de los dos sistemas para comunicarse, los requisitos burocráticos innecesarios y las barreras del idioma socavan oportunidades de aprendizaje, señaló Patricia Gándara, presidenta del grupo de trabajo sobre educación de la Universidad de California en México.

Max Matus, investigador de El Colegio de la Frontera Norte (Colef) y cocoordinador del simposio, indicó que la falta de política coherente y de comunicación se traduce en pérdida masiva de talento humano, la pérdida de las personas muy jóvenes que podrían servir de puentes entre las dos naciones y en todo el hemisferio.

Víctor Zúñiga (ITESM) manifestó que los niños migrantes repiten años escolares cuando llegan a México porque no se les reconoce su aprendizaje en el sistema escolar del que provienen; pasa en escuelas de México y en las de Estados Unidos. Pero no sólo eso: experimentan un descenso en sus calificaciones y rendimiento escolar al inscribirse en escuelas de este país, lo que refleja que su transición de un sistema escolar a otro no es atendido adecuadamente.

Mónica Jacobo, del Centro de Estudios y Docencias Económicas, declaró que cientos de miles de hijos de migrantes mexicanos que regresan al país se enfrentan a barreras burocráticas y retos linguísticos, pedagógicos e identitarios en su proceso de reintegración al sistema educativo mexicano.