Aunque sabe que la apuesta es alta, de mucho riesgo, el regiomontano Diego Alan del Real habla de ganar la medalla de oro en el lanzamiento de martillo de los Juegos Olímpicos Tokio 2020, para lo cual necesito cumplir el ambicioso plan de preparación que me trazaré, afirma en entrevista.

Luego de unos días de disfrutar una amplia diversidad de emociones en esta ciudad y en su entidad natal, el fornido competidor espera lograr la preparación necesaria para subir a lo más alto del podio en cuatro años, porque no es una declaración al calor de lo sucedido en Río (cuarto sitio), sino producto de la serenidad y de lo que sabe puede alcanzar con ayuda de su entrenador, el cubano Alejandro Laverdesque.

Emocionado al recordar su cuarto sitio olímpico con un lanzamiento de 76.05 metros, que lo mantuvo dentro de las medallas durante tres envíos, insiste en que no exagera cuando habla del oro, porque haber estado en sus primeros Juegos Olímpicos a los 22 años de edad le hizo crecer en lo deportivo y tener grandes enseñanzas que ahora piensa le van a servir, no para ser uno más, sino el mejor, apunta.

Aunque apenas tiene el bosquejo de lo que hará en los siguientes cuatro años, sabe que su metodología de trabajo será mantener bajo perfil en los medios, pero hacer mucho en el campo, además por supuesto de entrenar y competir en la mayor cantidad de pruebas de excelencia a las que pueda asistir, para dominar una prueba que es netamente de los europeos.

Orgulloso de ser el mejor representante del continente americano en Río 2016, porque desde que clasificó para la justa olímpica pensé en que no sería el típico mexicano que da una buena marca y al momento de la verdad se cae. Yo iba a ejecutar y a lograr, declara.

Diego del Real, lanzador de martillo que acabó en cuarto sitio en los Juegos Olímpicos, dijo que continuará con bajo perfil en los medios de comunicación pero con buenos resultados en las competenciasFoto Notimex

Recuerda que no perdió el tiempo en grillas ni en quejarse. A la chingada todo lo demás. Sólo me puse a entrenar y a competir, con el apoyo del Instituto del Deporte del Estado de Nuevo León, al mando del doble medallista olímpico Raúl González, quien incluso le confió que no necesita resultados a corto plazo, sino que llegaran sólidos con el tiempo.

El estudiante de la Facultad de Contaduría Pública y Administración de la Universidad Autónoma de la entidad ha impuesto récords mexicanos de la especialidad en todas las categorías, desde la Sub-18 hasta la de primera fuerza. Su mejor lanzamiento es de 77.79 metros –que le dio el séptimo sitio en la clasificación de la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo–, que espera mejorar en los siguientes años, ya que en Río 2016 el oro se ganó con un envío de 78.68.

Con la idea de compaginar su carrera deportiva con una maestría relacionada con su licenciatura, Diego ya está en la planeación del campeonato del mundo y el Universitario de 2016, en los que espera mantenerse en un buen lugar. Desea repetir de la mejor manera el ciclo olímpico como el de Río, sin aspavientos, aunque seguro ahora sí con mayor atención de la gente.

Sabedor de que ahora será un ejemplo a seguir, el integrante del Ejército Mexicano quiere dar su mejor esfuerzo para que quienes lo sigan sepan que es una persona íntegra, entregada y que quiere alcanzar su mayor sueño: una medalla... y si es la de oro, mejor.