Alza en transporte: simulación como arte de gobernar
ara el consumidor o el usuario de algún servicio, los aumentos de precios siempre son molestos y dolorosos, pues golpean la economía; sin embargo, si éstos se generan en forma clara y transparente por la autoridad, duelen menos; al contrario, si se producen mediante engaños, el malestar es doble. Ya se ha convertido en un estilo de gobernar, sin importar el partido que esté en el poder, el hecho de acordar subrepticiamente con los concesionarios el incremento a las tarifas del transporte; evitan hacer pública la aprobación para no perder aceptación.
En Chilpancingo y Acapulco, transportistas que utilizan unidades Urvan y camiones urbanos han aplicado un aumento a sus tarifas, con tanta seguridad y confianza que no tienen el empacho de pintar los nuevos precios en las unidades. La autoridad, por su parte, alega que no se ha aprobado ningún alza, pero no procede contra los infractores; suele prestar oídos sordos a los quejosos y deja pasar el tiempo hasta que los usuarios se acostumbran a la nueva tarifa.
La simulación la estrenó el PRI que, diciendo una cosa y haciendo lo contrario, pagaba a los permisionarios los favores hechos mediante los acarreos de contingentes cuando el gobierno lo requería, sobre todo en campaña electoral. Heredó el sistema al PRD y, muy orondo y gozoso, recibió la estafeta el PRI. En Acapulco, camioneros de la ruta Centro-Colosio subieron de 8 a 10 pesos el cobro, para igualarlo con el del Acabús; y ya advirtieron que no darán marcha atrás, en tanto Transporte permanece impávido, sin sancionar unidad alguna.
Los taxis colectivos que cubren la ruta Centro-Renacimiento, por ejemplo, pegaron ya en sus unidades una hoja sin membrete ni firma alguna, con un encabezado que advierte: nueva tarifa, 15 pesos, cuando la autorizada es de 14. Todo sube, es cierto, y así como la gasolina y las refacciones se elevan en su costo, es natural que las tarifas también se incrementen; la gente puede entenderlo, lo que se resiste a aceptar es la simulación con que se conducen las autoridades