Solicita al máximo tribunal la realización de otro juicio y que Temer siga de interino
La defensa de la ex mandataria argumenta en su apelación que se violó el debido proceso
Plantea la Unasur una reunión extraordinaria para analizar la situación política en Brasil
Viernes 2 de septiembre de 2016, p. 29
Brasilia.
A menos de 24 horas de haber sido destituida, la ex presidenta de Brasil Dilma Rousseff pidió este jueves al Supremo Tribunal Federal (STF) la anulación del fallo del Senado que la despojó de su cargo, así como la realización de otro juicio. A través de su abogado defensor, José Eduardo Cardozo, solicitó a la máxima corte que emita un rápido fallo provisional que deje sin efecto la oficialización de Michel Temer como jefe de Estado.
Rousseff también pidió al STF restablecer a Temer –quien fue su vicepresidente y fue juramentado poco después del impeachment– como presidente interino, cargo que ocupaba desde que la ex mandataria fue suspendida en mayo pasado en espera del veredicto del Senado en el juicio final.
El Senado decidió este miércoles por 61 a favor y 20 en contra la destitución de Rousseff, del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT), acusada de haber violado la Constitución al aprobar gastos a espaldas del Congreso y financiar al Tesoro atrasando pagos a la banca pública, aunque no consiguió inhabilitarla para ejercer cargos públicos.
En su apelación, Cardozo basó sus argumentos en el hecho de que los representantes de sus acusadores realizaron cambios a sus argumentos que violaban el derecho al debido proceso, cuando dijeron que la presidenta debía también ser juzgada por la crisis económica y por el enorme escándalo de corrupción que se vive en Brasil.
Solicitó además al STF que modifique la ley de presupuesto de 1950, en la cual los acusadores de la ex presidenta basaron los cargos por incumplir las normas de presupuesto.
Rousseff siempre proclamó su inocencia y dijo que la decisión consumaba un golpe de Estado parlamentario. Es un fraude contra el que vamos a recurrir en todas las instancias posibles
, advirtió el miércoles.
La Unión de Naciones Sudamericanas propuso una reunión extraordinaria para analizar la situación de Brasil. La destitución de la presidenta Dilma Rousseff por parte del Senado genera preocupación y tiene implicaciones regionales cuyo examen justifica una reunión de cancilleres
, expresó el organismo en un texto.
El gobierno del presidente uruguayo, Tabaré Vázquez, calificó la destitución de Dilma Rousseff de profunda injusticia
, más allá de las formas legales invocadas, en una declaración en la que señaló que su país aspira a que en el marco de la institucionalidad democrática, el pueblo brasileño alcance sus objetivos de estabilidad y desarrollo
.
El ex presidente uruguayo José Mujica (2010 y 2015) afirmó que en Brasil hubo un golpe de Estado que fue decidido en otra parte
, aunque no precisó dónde. Declaró que “fue una decisión política de la derecha, que buscó reacomodar el artilugio jurídico a los efectos de tener ciertas cosas para presentarse ante la opinión del pueblo y del mundo.
El golpe de Estado estaba anunciado. Hace poco tiempo vino el canciller de Brasil (José Serra) y nos dijo a boca de jarro que eso estaba decidido
, reveló.
El secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, expresó el interés de Washington en mantener la fuerte relación bilateral
entre las mayores economías y democracias del hemisferio
, informó la presidencia brasileña, mientras los presidentes de Argentina, Mauricio Macri; de Perú, Pedro Pablo Kuczynski; y el secretario general de la Organización de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, felicitaron
, por separado, a Temer.
La reacción fue opuesta por parte de los gobiernos de izquierda de América Latina, que el miércoles condenaron la destitución de Rousseff.