El jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera Espinosa, y el líder del Partido de la Revolución Democrática (PRD) en esta capital, Raúl Flores García, criticaron la reunión que tuvieron el presidente Enrique Peña Nieto y Donald Trump, candidato del Partido Republicano a la presidencia de Estados Unidos.

Mientras el primero aseveró que ese encuentro no aportó nada a México, el segundo dijo que lo que se vio ahí fue un entreguismo y una falta de rumbo patrio.

Por la mañana, Mancera Espinosa encabezó el anuncio de Las seis horas de México del Campeonato Mundial de Resistencia (de autos de carreras), en el Antiguo Palacio del Ayuntamiento, donde refrendó su compromiso de defender a nuestro país frente a cualquier mención, intervención o denostación.

–¿Dejó algo la visita de Trump? –se le preguntó al término de ese acto.

–De Donald Trump… bueno, pues a nosotros, digamos, ¿como algo que nos hubiera aportado? Nada –respondió el mandatario.

–¿Pero era necesaria esa reunión? –se le insistió.

–Esas son consideraciones que se hacen en la agenda internacional. En la Ciudad de México, reitero, se defiende la igualdad y se combate al racismo o a cualquier forma de discriminación –señaló.

En el desarrollo del anuncio automovilístico, remarcó que la participación del país en competencias internacionales forma parte de la defensa de las capacidades que tiene México en el mundo.

Aquí lo que estamos refrendando es que México tiene toda la capacidad para estar en los niveles internacionales. Una vez más queda demostrado, para los que no piensan así, enfatizó.

Por otra parte, Flores García consideró que luego del encuentro entre Peña y Trump quedó clara su coincidencia en su poco amor por nuestro país.

Y subrayó: “A Peña Nieto lo identifica con Trump su poca empatía con la situación de los mexicanos en Estados Unidos, su preocupación porque la oligarquía financiera e inmobiliaria estadunidense se sienta atendida y complacida, su capacidad de ser repelentes al drama humano y social que han generado décadas de desigualdad en México y la idea imperial que alimenta al ‘destino manifiesto’ del país del norte sobre América Latina”.

Al fijar su postura pública acerca de esa reunión, añadió que el Ejecutivo federal priísta no ejerció la prudencia política y diplomática que supondría esperar la confirmación de la candidata del Partido Demócrata, Hillary Clinton.

Es claro, dijo el líder perredista, que Peña Nieto representa el agotamiento del modelo presidencialista. El otrora hombre fuerte hoy es el vivo reflejo de la debilidad política, preso de su propio entreguismo y falta de rumbo patrio.

Al final dijo que el rechazo a la presencia y al discurso de Trump se suma al rechazo de la población a la forma en que Peña Nieto y la mayoría de sus antecesores han llevado las riendas de México.