Fanáticos convocados por redes sociales y transeúntes se apostaron frente al recinto
A la leyenda se suma el mito: Para mí no ha muerto; hasta no ver, no creer
, consignan
Martes 30 de agosto de 2016, p. a11
Un culto comenzó ayer en México: la devoción a Juan Gabriel, cuando desde las 10 de la mañana ciudadanos de diversos rumbos y condiciones sociales se reunieron frente al Palacio de Bellas Artes para entonar inspiradas melodías y corear que el ídolo yacerá en la soledad de su sepulcro, parafraseando Amor eterno, uno de sus éxitos.
Instados por redes sociales, fueron llegando poco a poco. Colocaron una cruz de flores y algunas fotos, y con pétalos dibujaron un corazón para la voz del amor.
A los convocantes se sumaron transeúntes, la mayoría pobres, como fue Juanga en una etapa de su vida. Comenzaba a cantar uno y coreaban 10, 20. Unos se iban, pero otros llegaban al pie de la columna clásica central.
Mucho sentimiento y dolor colectivo. Hay un consaber sobre la vida de Juan Gabriel que los une. Y sobre sus canciones, sus innumerables éxitos.
“Era humilde, no alzado”
Fallecido el domingo pasado, comienza su leyenda y hasta el mito, pues hay presentes que expresan: Hasta no ver no creer
, por lo que esperan verlo el jueves, ahí, en Bellas Artes. Preguntan si los dejarán pasar. La mayoría no ha cruzado umbral del palacio.
Así, se oyen sobre todo las canciones de su primera época, la de sus inicios, con composiciones como No tengo dinero, que los remite a una serie de situaciones que han experimentado, vivido, sufrido. Y Juanga salió de ese infierno, de la pobreza de no tener ni para comer, y dormir en la calle.
Él tuvo la oportunidad que la mayoría no.
Con el sol a plomo, cantando Buenos días, señor sol, los presentes han iniciado el rito, similar a cuando fallecieron Pedro Infante, Javier Solís y José Alfredo Jiménez.
Silvia, abogada: Él no ha muerto ni morirá, mientras México cante sus canciones. Es ídolo porque era muy humilde, Era muy humano. A mí me gustan todas sus canciones.
Lupe: Pues sí, me duele mucho. Que descanse en paz y gracias por todas las canciones que nos deja. Todas me gustan. Cuando me enteré de que había muerto no lo podía creer. No, no es cierto. Ahora sí ya nos dejó.
Tere Rivera, barrendera: “Este acto es muy bueno porque puso en alto el nombre de México. Tuvo muy buenas composiciones; fue muy buen compositor. Todos lo recordamos. Como persona era buena gente, humilde; no era orgulloso o alzado. Era tan humilde como Pedro Infante. A mí me gustan Esta rosa roja, No tengo dinero, Amor eterno. Hace rato que estaba barriendo estaba cantando la de Esta noche voy a verla. Compré el periódico para guardarlo. También dos discos en el Metro, de sus éxitos.”
Javier Lavad, caracterizador de Juan Gabriel y convocante al acto: Para mí no ha muerto. Hasta no ver no creer. Voy a venir el jueves para verlo, para comprobarlo. Unos van, otros llegan aquí, y así vamos a estar hasta que venga Juan Gabriel. Tiene grabada música en japonés, en italiano, en portugués; o sea, es un artista internacional y vienen cosas inéditas. Con su muerte no se perdió nada porque está vivo con sus canciones. Vive en cada uno de nosotros.
Guadarrama, albañil: “Es un honor estar aquí, en el homenaje a Juan Gabriel. Representó a México y lo puso bien en alto. Es un orgullo mexicano. Es único y no habrá otro igual. Es como Javier Solís o José Alfredo Jiménez. Para ser ídolo del pueblo se requiere ser humilde, luchar en la vida, ser un héroe. Siempre lo vamos a recordar. La primera canción que oí de él es No tengo dinero. No se explica uno cómo murió. Nunca lo van a decir.”