urante varios años los ocupantes de la silla presidencial se han regalado ceremonias fatuas posteriores a la entrega de su informe anual de actividades. El patio central del Palacio Nacional ha sido habilitado como escenario de regocijo de esos políticos, con invitados selectos que aplauden con emoción ciertos pasajes del mensaje político del gobernante en turno. Enrique Peña Nieto ha anunciado que en esta ocasión cambiará el formato de ese acto, pues desea sostener un encuentro con jóvenes de todo el país, representantes de diferentes sectores de nuestra sociedad, con quienes pueda tener una conversación, con quienes pueda compartir lo que el gobierno ha venido haciendo.

Se trata de un encuentro interactivo, con unos trescientos jóvenes, quienes harán preguntas que Enrique Peña Nieto irá contestando. Ese diálogo se realizará en Palacio Nacional, de ocho a nueve de la noche del próximo primero de septiembre. La idea es buena, pero falta que su realización tenga autenticidad y libertad. Será importante conocer el mecanismo que se utilizará para la selección de los 300 convidados y de las preguntas a contestar. No bastará con tomar ciertas preguntas y responderlas, como si se estuviera frente a un entrevistador amable de los que abundan en los medios tradicionales de comunicación, sobre todo los electrónicos. Sería peor agravio el prescindir de los rituales sabidamente controlados, como los de años atrás, para estrenar formatos acartonados y falsos, utilizando a jóvenes y sus preguntas como escenografía insustancial.

No es gratuita la prevención ante eventuales adulteraciones del sentido libre y crítico de la comunicación. Ya el propio Peña Nieto ha tratado de privilegiar las noticias buenas sobre las malas, como si aquéllas no fueran una obligación cuyo cumplimiento debería ser rutina y no novedad. A esa adecuación doctrinal ha contribuido ahora Rosario Robles Berlanga, titular de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu). De visita en Parral para entregar casas a personas de escasos recursos, dijo ante el muy criticado gobernador de Chihuahua, César Duarte Jáquez: Yo lo he vivido, las tormentas van y vienen, los periódicos se hicieron para matar moscas y limpiar vidrios; pero la vida y Dios les dio una segunda oportunidad, esa sí no la compra uno con nada (cita en El Monitor de Parral, http://goo.gl/KNgWNB). Añadió: Es muy fácil destruir con la palabra, pero lo difícil es construir y además hacerlo cuando hay un ambiente adverso; cuando el petróleo no vale lo que valía antes, construir a veces en estas condiciones es complicado (El Sol de Parral, http://goo.gl/ivgzWd).

Los periodistas que pretendieron entrevistar a la funcionaria, al final del acto oficial, para que aclarara el punto, se toparon con una negativa en tono molesto: Ya atendí a los medios, alegaba. Así que no se pudo saber si Robles Berlanga se refería a las constantes acusaciones de corrupción contra el gobernador Duarte Jáquez o a los antiguos señalamientos adversos a la ex presidenta del PRD, desde los episodios económicos y sentimentales que protagonizó con el empresario Carlos Ahumada hasta su incorporación, pasada por sal (es decir, salinizada), al gabinete de Peña Nieto, primero en Desarrollo Social y ahora en la Sedatu.

En la República de las Disculpas, instaurada por Peña Nieto a propósito de la Casa Blanca, y luego reafirmada por personajes como Alfredo Castillo a propósito de haber llevado a su novia a los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, la secretaria Robles, teórica del periodismo entendido como instrumento de habitabilidad doméstica, tuiteó con aire burocratizado: Ayer dije una desafortunada frase sobre los periódicos. Sé de su importancia y honestamente me disculpo por ello. ¿Sabe de la importancia de los periódicos, o de la frase? Si la importancia a la que se refiriera fuera la de los periódicos, ¿significaría que considera que pueden ser utilizados para fines higiénicos más relevantes, algo así como limpiar material más importante que el vidrio o matar animales de más tamaño que las moscas?

Graco Ramírez Garrido Abreu ha concitado el repudio de amplia porción de los habitantes del estado de Morelos. El perredista ha llevado a esa entidad federativa a una de las situaciones más desastrosas, según ciudadanos que se han agrupado en un Frente Amplio Morelense, que ayer se movilizó de Cuernavaca en un centenar de autobuses, con la intención de llegar a la secretaría federal de Gobernación y presionar para que haya un juicio político contra el gobernador Ramírez.

Al perredista, nacido en Tabasco, pero avecindado en Morelos, lo culpan de la grave inseguridad pública, el predominio impune de cárteles del crimen organizado, la corrupción generalizada, el nepotismo y el desorden administrativo que aseguran se vive en el estado colindante con la Ciudad de México. Ramírez Garrido Abreu considera que hay una confabulación en su contra, en la que participa el clero, tan activo en contra del matrimonio entre personas del mismo sexo, y los directivos de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos, donde según Graco hay malos manejos en materia de dinero. Por lo pronto, los demandantes de la destitución del gobernador de Morelos se reunieron ayer con el subsecretario Luis Miranda, y el próximo martes tienen programado otro encuentro en Bucareli.

Y, mientras el gobernador de Chiapas, Manuel Velasco Coello, ha tuiteado: Lamentable que una revista prestigiada como TVNotas me difame, ya que mi relación está basada en el amor y respeto a la mujer que amo, Anahí, mensaje en el cual lo relevante es la calificación de prestigiada que dicho político da a esa publicación de escándalos de la farándula, ¡hasta mañana, con Emilio Azcárraga Jean, presidente de Televisa, asegurando que esa empresa no fabrica candidaturas presidenciales y que esa versión es una de esas leyendas urbanas que se construye en base en que alguien la dice!

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