El 22 de mayo de 2015, elementos de la Policía Federal (PF) ingresaron al Rancho del Sol, en el municipio de Tanhuato, Michoacán, donde se suscitó un enfrentamiento con presuntos miembros del cártel Jalisco Nueva generación, con un saldo de 43 muertos, 42 de ellos civiles y un agente policiaco; otro policía fue herido y tres personas fueron detenidas.

La versión oficial fue que las fuerzas federales llegaron al sitio a petición de la Procuraduría General de la República (PGR), tras la denuncia de que un grupo armado había invadido el rancho cinco días antes, por lo que los elementos policiacos acudieron a realizar un ‘‘operativo de revisión’’, y se suscitó el enfrentamiento, que duró casi tres horas.

A los 41 elementos iniciales se sumaron como refuerzos otros 50 agentes y un helicóptero artillado. Desde el principio hubo muchas inconsistencias en torno al caso, las cuales levantaron sospechas sobre el uso de la fuerza contra los presuntos delincuentes.

Dada la disparidad en las cifras de muertos entre uno y otro bando, respaldada por testimonios de testigos y detenidos, se fortaleció la versión de que en el lugar se cometieron ‘‘ejecuciones arbitrarias’’.

Sin embargo, estas acusaciones fueron reiteradamente rechazadas –incluso hasta ahora– por el gobierno federal. No hay ningún elemento policiaco procesado por estos hechos y ni siquiera se conoce si hubo una investigación oficial para determinar lo ocurrido en dicho rancho de Tanhuato, municipio colindante con el estado de Jalisco.

De hecho, la mayoría de las personas que murieron en el citado rancho eran adolescentes y adultos jóvenes originarios del municipio jalisciense de Ocotlán.

Antes de este enfrentamiento, los policias federales y miembros del cártel Jalisco Nueva generación ya habían sostenido diversos enfrentamientos; dos de ellos el 19 de marzo y el 7 de abril de 2015, y otro el primero de mayo, donde fue derribado un helicóptero de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).