Precios en aumento
Gasolinas empujan
Industria en la lona
i el primer semestre del presente año fue más de lo mismo, el segundo apunta a resultados aún peores en línea con los registrados en las últimas tres décadas. Con el ambiente político caldeado, la realidad social a punto de turrón y la efervescencia de una sucesión presidencial más que adelantada, la economía nada de muertito en espera de que algún acontecimiento interno y/o externo le dé el golpe de gracia.
En el análisis más reciente, el Centro de Investigación en Economía y Negocios (CIEN) del Tecnológico de Monterrey, campus estado de México, que dirige María Fonseca Paredes, advierte que no hay buenas noticias para la economía nacional, comenzando por aquella que certifica que el gran motor
, Estados Unidos, permanece pasmado.
La inflación, apunta el CIEN, ha sido una de las variables macroeconómicas que nuestro país ha mantenido bajo control y que en cierta medida ha permitido que el consumo haya evolucionado satisfactoriamente en meses pasados. Sin embargo, el incremento observado en el índice de precios al productor podría ser una señal de que la inflación podría alcanzar niveles más altos durante la segunda mitad del año. Por otro lado, la producción industrial en Estados Unidos aún no da muestras de una sólida recuperación, afectando con ello la evolución de su contraparte mexicana.
La actividad industrial en México comprende cuatro sectores principales: manufacturero, que aporta alrededor de 58 por ciento; construcción, con 20 por ciento: minería, 19 por ciento, y electricidad, agua y suministro de gas, 4 por ciento. Dado lo anterior, la actividad manufacturera tiende a dominar la trayectoria de la producción industrial total y se encuentra ligada directamente con el comportamiento de las exportaciones no petroleras, así como a la actividad industrial en Estados Unidos.
A pesar de que en junio pasado la actividad industrial estadunidense mostró resultados favorables, en su comparativo anual las cifras no son del todo optimistas. El indicador principal de producción industrial exhibió una caída anualizada durante junio de -0.4 por ciento, mientras las manufacturas apenas crecieron 0.8, dos décimas de punto porcentual más que el resultado exhibido durante el mismo mes del año pasado. Adicionalmente, la tendencia de la actividad industrial total presenta una trayectoria a la baja y la correspondiente a las manufacturas exhibe señales de estancamiento, mientras el ciclo económico de ambas variables permanece por debajo del potencial.
En lo que respecta a las tendencias, la trayectoria de la actividad industrial continúa a la baja debido a que la mayoría de los sectores que la conforman no ha registrado una mejora significativa. De los componentes analizados, únicamente los vehículos y el equipo eléctrico mantienen un comportamiento al alza, en tanto las tendencias de las manufacturas y la maquinaria muestran señales de estancamiento. En cuanto a los ciclos, si bien el correspondiente a la actividad industrial total exhibe un comportamiento positivo, éste todavía se localiza por debajo de la tendencia de largo plazo.
Las anteriores no son buenas noticias para la actividad industrial de nuestro país dado el alto nivel de correlación que las manufacturas nacionales guardan con su contraparte estadunidense, por lo que no se espera una recuperación a corto plazo de las manufacturas mexicanas, y con ello la evolución de la actividad industrial mexicana continuará siendo moderada durante los próximos meses.
Por otro lado, la inflación reportada para julio se mantuvo en niveles bajos (2.7 por ciento) y dentro del objetivo del Banco de México (3 por ciento, con un margen de un punto porcentual hacia arriba o hacia abajo). No obstante el índice de precios al productor ha mostrado un alza importante al pasar de un incremento de 3.3 por ciento en julio de 2015 a 5.5 por ciento durante el mismo mes del año en curso, como resultado de la depreciación del tipo de cambio y el incremento en el costo de la electricidad a nivel industrial.
En lo que respecta a la inflación por objeto del gasto se observa que la salud fue el renglón que presentó el incremento más elevado (4.3 por ciento), seguido por la educación (4), ambos incluso con una variación superior a la registrada durante el mismo mes de 2015. Por el contrario, los incrementos de menor magnitud ocurrieron en vivienda (0.7) y transporte (1.3).
Por lo que toca a los alimentos se presentó un crecimiento de 3.5 por ciento como promedio general, debido a que varios productos mostraron variaciones importantes, sobre todo en los de origen vegetal. Dentro de estos últimos, destaca el incremento en el precio del frijol (30.3 por ciento) que fue uno de los más significativos del periodo, así como la correspondiente al arroz, cuyo avance también fue de doble dígito (10.1 por ciento).
La inflación promedio más alta (2.7 por ciento) por estrato de ingresos se presentó en el rango salarial de entre uno y tres salarios mínimos (70 por ciento de los mexicanos ocupados), así como en aquel que mide las percepciones de los que devengan más de seis salarios mínimos. Por su parte, la inflación promedio más baja (2.5 por ciento) se dio en el rango salarial de los ganan cuando mucho un salario mínimo al día.
Otro factor que sin duda jugará en contra de los precios al productor es el incremento en el precio de las gasolinas (6 por ciento en los dos gasolinazos, en julio y agosto), lo cual influye directamente en los costos de transportación de las mercancías. Dicho escenario sugiere que los productores difícilmente continuarán absorbiendo los incrementos en el valor de sus insumos, de tal forma que estos serán trasladados al precio que pagan los consumidores finales.
Un incremento en el nivel de precios impactaría negativamente en los hábitos de consumo de la población, colocando un obstáculo más para el crecimiento económico del país. Ante esta situación se vuelve imperativo revertir la débil condición en la que se encuentra la actividad industrial nacional. Es necesario retomar los esfuerzos para hacer crecer la industria nacional y así lograr un contrapeso que permita balancear la caída exhibida por el sector externo.
Las rebanadas del pastel
¿Que no es tan alta
la inflación en educación? Bueno, que el Inegi compre útiles y libros escolares ahora que comienza el ciclo escolar, y verá lo que se siente… Y el dolarito a 18.40 flameados pesos.
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