El magisterio de Chiapas, en paro de labores desde el pasado 15 de mayo para exigir la abrogación de la reforma educativa, informó ayer que no iniciará el ciclo escolar el próximo lunes 22 de agosto, si en los próximos días el gobierno federal no da respuestas concretas a sus demandas.

Mientras, el obispo de la diócesis de San Cristóbal de las Casas, Felipe Arizmendi Esquivel, pidió a los maestros que, ‘‘sin ceder en su lucha, comiencen el nuevo ciclo’’ en las escuelas, pues ‘‘si no respetan el derecho de los niños y de sus papás perderán el apoyo moral y económico que varios de ellos les han dado hasta la fecha’’.

Pedro Gómez Bahamaca y Manuel de Jesús Mendoza Vázquez, dirigentes de la sección 7 del magisterio chiapaneco, emplazaron al gobierno federal a que ‘‘tenga en la mesa una respuesta significativa a nuestras demandas o en caso contrario ya hemos acordado continuar con el paro, no regresar a las labores, ni iniciar el ciclo escolar’’.

Gómez Bahamaca manifestó que el movimiento se declaró en ‘‘alerta máxima’’, y ante la posibilidad de ‘‘represión’’ acordaron ocupar este lunes, desde las 8 horas, las instalaciones de la Secretaría de Educación de Chiapas y de la Subsecretaría de Educación Federalizada, así como la Torre Chiapas y las oficinas del Instituto Nacional de Evaluación Educativa y las de Planeación.

Arizmendi Esquivel, por su parte, dijo en un comunicado que ‘‘con la inteligencia que les caracteriza’’, los docentes ‘‘pueden encontrar formas de cómo combinar su servicio escolar y la lucha por sus derechos; iniciar clases no es una derrota de su movimiento, sino una muestra de madurez y de responsabilidad con los niños y con los padres’’.

Insistió en que los profesores ‘‘no pueden echarse de enemigos a los primeros que deben tener en cuenta: los niños y los padres de familia’’, y sugirió a estos últimos que ‘‘abran espacios de diálogo respetuoso y atento, no violento, con los maestros de las escuelas de sus hijos para pedirles que regresen a clases’’.

Protesta en la Autopista del Sol

Por otra parte, en Guerrero, poco más de 50 integrantes de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación (Ceteg), provenientes de la Costa Chica, tomaron la mañana de este domingo la caseta de cobro de Palo Blanco, de la Autopista del Sol México-Acapulco.

Cerca de las 10 horas, los docentes arribaron a la caseta de peaje, donde permanecieron poco más de 30 minutos dando el paso libre a los automovilistas.

Al sitio llegaron cientos de elementos de la Policía Federal, quienes los obligaron a desistirse de su movimiento desalojándolos del lugar.