Con dirección de Srba Dinic, la agrupación se presentará en el Palacio de Bellas Artes
como si fuera la primera vez
Para que los ballets de repertorio se mantengan vivos no se debe tomar en cuenta su fama, según Tihui Gutiérrez, maestra de la compañía
Las funciones comienzan el 27 de agosto
Lunes 15 de agosto de 2016, p. 9
La Compañía Nacional de Danza (CND) presentará, a partir del 27 de agosto, la emblemática obra Giselle en el Palacio de Bellas Artes, trabajo coreográfico que recrea una historia de amor en la cual se combinan las dos facetas del romanticismo: lo pagano y lo espiritual.
Giselle, considerada obra maestra del ballet romántico, que emplea la más refinada técnica teatral del siglo XIX, estará dividida en dos actos y se ofrecerán seis funciones, cuatro de ellas acompañadas por la Orquesta del Teatro de Bellas Artes, con dirección de Srba Dinic.
Durante el primer acto se presenta uno de los momentos más interesantes, cuando Giselle, con la magia de la danza, se transforma de tierna campesina en una joven traicionada por su amado Albrecht. La decepción la hace perder la razón y después la vida.
El segundo acto se desarrolla entre las tumbas del cementerio de la aldea. Las willis, vestidas con sus trajes de novia, se vengan de los hombres haciéndolos bailar hasta morir.
El libreto de Giselle fue creado en la época del romanticismo, producto de la inspiración del poeta, novelista y dramaturgo francés Pierre Jules Theóphile Gautier y la coreografía fue realizada por Jean Coralli y Jules Perrot, y la música por Adolphe Adam.
La obra fue estrenada en 1841 en Francia y su argumento está basado en la leyenda germánica de las willis, espíritus de las jóvenes que mueren vestidas de novia antes de llegar al altar y que se aparecen a medianoche para llorar su pena y buscar venganza.
En el ballet Giselle participan los primeros bailarines de la agrupación: Agustina Galizzi, Ana Elisa Mena, Blanca Ríos, Argenis Montalvo y Érick Rodríguez, y los solistas Elisa Ramos y Sebastián Vinet.
Tihui Gutiérrez, maestra de la CND, señaló que Giselle es sumamente importante en el repertorio de una compañía clásica, porque es el ballet romántico por excelencia. Es un estilo muy importante, porque a partir de ahí se empezó a bailar con las puntas de los pies
.
La obra, prosiguió, agrada al público mexicano por la exaltación romántica que va mucho con nuestro temperamento. Incluso, histriónicamente demanda más que ninguna, y al final del primer acto hay una catarsis tremenda donde Giselle se vuelve loca, algo poco convencional en los ballets
.
Gutiérrez explicó que el segundo acto es de gran rigor al más puro estilo romántico, donde técnicamente todo debe manejarse bajo la sensación etérea e incorpórea.
“Es un ballet que todos los bailarines anhelamos hacer. Giselle tiene fragilidad, característica típica de las heroínas románticas; su cuerpo de baile es bellísimo por la gran cantidad de formaciones, líneas y dibujos que tiene la coreografía. Además existen personajes muy bellos, como el leñador Hilarion y la mamá de Giselle.”
Gutiérrez indicó que la única manera de mantener vivos los ballets de repertorio es inyectándoles sangre fresca y revisitándolos cada vez sin dar por hecho que es muy famoso y que el público conoce el argumento.
“En cada función se debe abordar la historia como si fuera la primera vez que se narra, para que nunca se acartone y muera.
Esperamos
, puntualizó Tihui Gutiérrez, “que vengan a vernos a nuestra casa, el Palacio de Bellas Artes, porque no hay mejor escenario para enmarcar un ballet tan exquisito y tradicional. Giselle siempre ha tenido mucho éxito”.
Las funciones serán en la sala principal del Palacio de Bellas Artes, el sábado 27 de agosto a las 19 horas, domingo 28 a las 17 horas (con orquesta), martes 30 a las 20 horas (con orquesta), jueves primero de septiembre a las 20 horas (con orquesta), sábado 3 a las 19 horas y domingo 4 a las 17 horas (con orquesta).
