Bajo el lema Abrazos, no muros
, se rencuentran en la frontera Juárez-El Paso
Agentes estadunidenses y mexicanos vigilaron el acto realizado en el cauce del río Bravo
Jueves 11 de agosto de 2016, p. 15
Ciudad Juárez, Chih.
A la mitad del río Bravo, mexicanos residentes en Estados Unidos se rencontraron ayer con sus familiares, luego de que por las barreras migratorias tuvieron que separarse. Embargados de emoción, se fundieron en un abrazo, pues algunos no se veían desde hace varias décadas.
Fueron alrededor de 600 personas de ambos lados de la frontera –Ciudad Juárez y El Paso, Texas– las que se congregaron en ese sitio bajo el lema Abrazos, no muros
; en grupos de 10 se reunieron con sus parientes por espacio de tres minutos.
Cruzaron la alambrada erigida del lado estadunidense, que refuerza la línea divisoria, y aprovechando que esa zona del río tiene muy poca agua, familias enteras se arrojaron unos en brazos de otros, algunos conmovidos hasta las lágrimas.
Dylan Corbett, de la organización Instituto Fronterizo Esperanza, quien organizó el rencuentro junto con la Red Fronteriza de los Derechos Humanos, dijo que este evento se hace con la intención de que las familias puedan saludarse después de muchos años de no verse por sus condiciones legales en Estados Unidos, y para crear conciencia en el gobierno estadunidense y que dé entrada a reformas migratorias
.
Más de 20 años sin verlos
, expresó Minerva Rayo, quien tuvo la oportunidad de rencontrarse con sus hermanos, de quienes se alejó cuando se fue a vivir al vecino país del norte.
Las familias empezaron a reunirse desde la madrugada del martes en ambos lados de la frontera, que era vigilada desde El Paso por numerosos elementos de la Patrulla Fronteriza estadunidense, quienes filmaron incluso a cada uno de los que bajaron al cauce del Bravo, para evitar que ingresaran indocumentados confundidos entre la multitud.
Mientras, del lado mexicano estuvieron presentes agentes federales y municipales, para evitar que los participantes en el evento Abrazos, no muros
fueran asaltados, ya que la zona es considerada de alto riesgo porque operan diversas pandillas.
Corbett explicó que el Instituto Fronterizo Esperanza es una organización comunitaria de base que trabaja en la región de El Paso, Ciudad Juárez y Las Cruces, Nuevo México.
Se estima que en Estados Unidos viven unos 11 millones de indocumentados, la mayoría mexicanos que emigraron obligados por la necesidad de encontrar un empleo que les permita subsistir y enviar dinero a sus familias. Si bien algunos ya legalizaron su situación migratoria, muchos pasan años sin ver a los suyos, pues temen salir del vecino país y no poder regresar o perder sus derechos, mientras para sus familiares es imposible obtener una visa para visitarlos.
(Con información de Afp)