La nueva competencia y el declive de la tv abierta
odo negocio que no se transforma y se ajusta a la nueva realidad tiende a desaparecer, y hoy en día asistimos al desgaste paulatino de la televisión abierta en manos de Televisa, de Emilio Azcárraga, y de Televisión Azteca, de Ricardo Salinas.
Las dos televisoras pierden mercado irreversiblemente, debido a que hay una nueva competencia que se da a través de la integración de todo tipo de servicios de telecomunicaciones en múltiples plataformas, tales como la televisión, las computadoras, las tabletas y los celulares.
Como es propio de empresas que mantienen un control de su mercado durante décadas, las televisoras nacionales, en lugar de reconvertirse rápidamente y abrirse a la competencia con contenidos de mayor valor, se han dedicado a poner obstáculos a otros participantes en la televisión de paga, para retrasar el proceso de apertura y así impedir una mayor competencia. Entre los más afectados con este proceso se encuentra Dish, de Joaquín Vargas Guajardo; pero a quien le tienen un miedo infinito es a Telmex, de Carlos Slim, pues saben que cuando le autoricen el cuádruple play, incluyendo la televisión, los precios se desplomarán en beneficio de los consumidores y también de los anunciantes.
Un proceso semejante se presenta en la telefonía y el Internet; en cuanto se abrió este nicho a la competencia los precios se desplomaron cerca de 30 por ciento e incluso algunos servicios ya no se cobran, como es la telefonía de larga distancia nacional.
Algo parecido sucede con la televisión, pero a un ritmo mucho más lento, ya que los participantes han logrado imponer barreras a la competencia. Sin embargo, más temprano que tarde el mercado se abrirá completamente y en cuanto esto suceda los precios de la televisión de paga se situarán a niveles de 100 a 200 pesos mensuales (como ya sucede con Netflix). Además, en una década se podrá recibir por los 100 o 200 pesos señalados no sólo la televisión de paga, sino el acceso a Internet y a la telefonía celular y fija. Es más, algunos analistas plantean que para entonces no se necesitará contratar servicios de telefonía ni de televisión de paga, ya que a través de internet se generalizará la conexión de datos, video, voz e imagen, cosa que ya se presenta entre algunos sectores de la población.