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Campeona paralímpica vislumbra su muerte asistida después de Río 2016

Marieke Vervoort sufre de una enfermedad degenerativa que la ha postrado en silla de ruedas

 
Periódico La Jornada
Sábado 6 de agosto de 2016, p. a32

París.

La campeona paralímpica Marieke Vervoort contempla la eutanasia una vez que concluya su participación en Río 2016: sufre de una enfermedad degenerativa que la ha paralizado de la cintura para abajo y observa estos Juegos Olímpicos como su último deseo.

Río es mi último deseo, espero acabar mi carrera con un podio. Voy a dejar mi carrera después de Río, después veremos lo que trae la vida, pero empecé a pensar en la eutanasia... sin embargo, a pesar de mi enfermedad, he vivido lo que otros sólo pueden soñar, expresó la deportista en una entrevista al medio francés Le Parisien.

Nacida el 10 de mayo del 1979 en Diest, Bélgica, Vervoort ha sido deportista toda su vida. Consiguió dos campeonatos del mundo en triatlón y participó en el Ironman de Hawái. Pero en 2008 su vida dio un giro inesperado por culpa de una enfermedad que acabó postrándola en una silla de ruedas.

Es muy difícil superar el dolor

No obstante, el deporte la hizo salir adelante y fue cuando emprendió su camino en el carrovelismo, el esquí sentado, y en las carreras en silla de ruedas.

Después de haber pasado por el baloncesto, el golf, la esgrima e incluso el triatlón, la velocidad es uno de los pocos deportes que puede practicar en la actualidad.

La atleta de 37 años admitió que ha pensado en la eutanasia porque le es muy difícil superar el dolor que le provoca su enfermedad.

Todos los días me duele, algunas noches no duermo y después de 10 minutos de sueño tengo que entrenar. Cuando me siento en mi silla de carrera, todo desaparece. Expulso todos los pensamientos oscuros, el miedo, la tristeza, el sufrimiento, la frustración. Así es como he conseguido ganar lo que he ganado, aseguró Marieke.

La deportista conquistó dos medallas olímpicas en Londres 2012: oro en 100 metros planos y plata en los 200 y 400 metros lisos, además de ser campeona del mundo y dueña de récords mundiales en 400, 800, mil 500 y 5 mil metros, conseguidos en los Mundiales de Doha.

En Río 2016 competirá, del 7 al 18 de septiembre, en las pruebas de 100 y 200 metros, donde espera conseguir sus últimas medallas, ya que su enfermedad hace que cada día sea más difícil tanto entrenar como llevar una vida cotidiana.

Hay posibilidad de medalla, pero será difícil porque la competencia es muy fuerte. Estoy entrenando muy duro, luchando día y noche con mi enfermedad. Espero terminar mi carrera en un podio, sentenció Vervoort, quien en la justa brasileña tendrá una oportunidad más de demostrar que, a pesar de las adversidades, el deporte puede transformar a las personas.

La belga confiesa cómo quiere que sea su funeral: Para ese momento no quiero ni iglesia ni café o pasteles. Quiero que todo el mundo tenga una copa de champán en la mano y un pensamiento para mí. No es la primera vez que un atleta belga opta por la eutanasia. Hace un par de años, Emiel Pauwels, conocido como el atleta más longevo del mundo, lo hizo tras serle diagnosticado un cáncer de estómago terminal con 95 años.

La muerte de Pauwels se convirtió en un espectáculo televisivo, ya que era un personaje famoso por ganar diversos campeonatos de atletismo para veteranos.

El sueño olímpico la mantiene viva

La eutanasia fue aprobada legalmente en Bélgica en 2002 y para que un ciudadano pueda recurrir a este procedimiento deberá padecer una enfermedad incurable y demostrar que soporta sufrimiento físico o síquico de manera constante e insoportable. Marieke Vervoort cumple ambos requisitos.

Literalmente, el sueño olímpico la mantiene viva. La deportista acaparó los titulares de la prensa de su país y la historia le está dando la vuelta al mundo reabriendo la espinosa polémica de la muerte digna, aunque las legislaciones en Bélgica avalan la práctica bajo circunstancias especiales.

Seguramente todos los flashes apuntarán en la dirección que se mueva Vervoort quien, además de ser una de las favoritas para llevarse una medalla en su deporte, tendrá una trascendental decisión por tomar después de que cumpla su sueño olímpico.

Pase lo que pase, la historia de Marieke Vervoort pasará a la posteridad como otra leyenda olímpica.