Los problemas de inundaciones en la Ciudad de México no están relacionados con la falta de infraestructura, pero el nivel de obsolescencia de la mayoría de los colectores que conducen el agua pluvial desde las colonias hasta las plantas de bombeo, y de ahí hasta los portales de salida, sí es un factor importante para la eficiencia de su desalojo, señaló Ramón Aguirre Díaz, director del Sistema de Aguas de la Ciudad de México (Sacmex).

En una reunión de trabajo con la Comisión de Gobierno de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, explicó que el sistema de colectores está compuesto de 2 mil 441 kilómetros, cuyo promedio de antigüedad supera 50 años, y que la ciudad ha registrado colapsos de colectores debido fundamentalmente a que esta infraestructura ha rebasado su vida útil.

Agregó que el Sacmex debe mantener en óptimas condiciones la operación de 94 plantas de bombeo, cuya capacidad es de 793 metros cúbicos por segundo, pero cuando ocurre una interrupción en el servicio la causa más común es la obstrucción por grandes cantidades de basura.

Dijo que las 17 presas ubicadas en el poniente de la ciudad, que forman parte del sistema de drenaje, juegan un papel muy importante de regulación de las lluvias intensas; no obstante, son zonas vulnerables que reciben desechos urbanos de manera clandestina y se ha detectado invasión de viviendas precarias en sus cauces, lo que reduce su capacidad y pone en riesgo a la población asentada aguas abajo.

El funcionario detalló que a la fecha han perdido 30 por ciento de su capacidad de regulación, y las presas más afectadas son: Becerra, Tacubaya y Mixcoac, cuyo taponamiento por basura el primero de junio de 2015 ocasionó inundaciones.