Acapulco, Gro.

La lucha del Consejo de Ejidos y Comunidades Opositores a la Presa La Parota (Cecop) es la lucha de un pueblo, de campesinos iletrados, que con base en la ley y con el machete en la mano, han demostrado que la razón les pertenece y que esta tierra es suya, afirmó ayer el director del Centro de Defensa de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan, Abel Barrera Hernández, en el 13 aniversario de la creación del Cecop.

El abogado criticó a empresarios de la Zona Diamante de Acapulco y a políticos que atacan y pretenden dividir al Cecop, en lugar de ayudar al desarrollo de los pueblos asentados a la orilla del río Papagayo. Aseguró: Pretenden saquearlos y arrebatarles lo que les pertenece. Los pozos de agua son de los comuneros; ellos no reciben nada por el agua que cuidan. Ahí está la injusticia.

Abel Barrera condenó a los gobernantes apátridas que tienen a los pobladores del Acapulco rural sin agua ni drenaje.

No obstante, señaló, los comuneros de Acapulco han ganado a la Comisión Federal de Electricidad seis juicios en tribunales agrarios contra la construcción de la presa hidroeléctrica La Parota.

En la ceremonia, realizada en la cancha de baloncesto del poblado La Concepción, participaron también el representante en Acapulco de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación en Guerrero, Walter Añorve Rodríguez; Bulmaro Cabrera, representante del Partido de la Revolución Democrática en este puerto, así como el vocero del Cecop, Marco Antonio Suástegui, quien destacó que la lucha en defensa de sus tierras data de hace 40 años y varios campesinos han muerto.

Aseguró que debido a los maltratos que sufrió el año pasado en el penal federal de Tepic, Nayarit, corre el riesgo de quedar en silla de ruedas.

Advirtió que existe una campaña de terror contra el Cecop y los movimientos sociales en Guerrero.