Domingo 31 de julio de 2016, p. 30
En agosto, el primer Sindicato Nacional de Trabajadoras y Trabajadores del Hogar cumplirá un año de haberse instituido, aún con barreras por vencer, como lograr que las empleadas de toda la República conozcan la lucha por sus derechos, los cuales son prácticamente inexistentes.
Se han afiliado 500 empleadas de Chiapas, Colima, Puebla, Ciudad de México y estado de México, de las más de 2 millones 466 mil que hay en el país.
Para Marcelina Bautista, fundadora del gremio, es necesario sensibilizar a las empleadas domésticas, así como hacer que pierdan el miedo a afiliarse al sindicato, pues muchas consideran que si se integran a él sus empleadores las van a correr o se sienten engañadas y se muestran incrédulas ante la información sobre sus derechos laborales.
El contrato colectivo de trabajo que están elaborando incluirá que el empleador dé certeza de seguridad social a su trabajador, así como vacaciones, descansos y regulación de la jornada laboral, que no supere ocho horas y en su caso pagar tiempo extra.
No hay recursos
Sin embargo, la también directora del Centro de Apoyo y Capacitación para Empleadas del Hogar afirma que una de las trabas para establecer el contrato es que no han recibido apoyo de autoridades en seguridad social. Representantes del IMSS les han dicho que no hay recursos para darles esta prestación. Hay falta de voluntad política para beneficiar a más de 2 millones de personas que trabajamos en el hogar
, indica.
En el sindicato, cada agremiado es un caso que requiere ser guiado sobre diversos conflictos con sus empleadores. Por ejemplo, María Guadalupe Rivera, secretaria de finanzas del gremio, hace cinco meses fue despedida injustificadamente por la familia para la que sirvió durante 16 años por exigir seguridad social.
Durante ese tiempo estuvo alejada de sus tres hijos, pues trabajaba de planta, de 8 de la mañana a medianoche y sólo podía salir de esa casa los fines de semana. Sus actividades, entre otras, eran lavar, cocinar, limpiar la residencia, atender invitados y cuidar a las hijas de sus patrones.
En una ocasión sufrió un accidente de trabajo, por una caída, y aunque el médico que la atendió le prescribió 10 días de reposo absoluto, sus jefes no respetaron la orden médica y tuvo que regresar a laborar.
El sindicato realiza jornadas de difusión en parques y visita estados, y sus agremiados informan a conocidas, amigas y compañeras sobre la labor del gremio.