Ginebra.

La Organización de Naciones Unidas (ONU) pidió este viernes a Rusia dejar en manos de sus expertos la gestión de los corredores humanitarios para la asediada ciudad siria de Alepo, donde unos 250 mil civiles siguen atrapados por los bombardeos.

El secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, afirmó que su país sospecha que los esfuerzos humanitarios de Rusia en Alepo son una artimaña, pues en la región fueron lanzados folletos que llaman a la población a entregar las armas y rendirse al gobierno del presidente Bashar al Assad. Kerry sostuvo que la situación pone en riesgo la cooperación entre Washington y Moscú.

Cuando se trata de ayuda para la población necesitada de Alepo, las organizaciones de la ONU son, por su experiencia, las más adecuadas, declaró el enviado especial de Naciones Unidas para Siria, Staffan de Mistura.

Tras semanas de bombardeos y asedio contra los barrios controlados por los rebeldes en Alepo, los gobiernos sirio y ruso dieron a conocer el jueves una operación humanitaria conjunta para la zona, que fue bombardeada con folletos que llaman a la rendición de los combatientes y a los civiles a abandonar el lugar.

Según el opositor Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH), sólo unas 12 personas lograron salir. Otras tuvieron que dar marcha atrás, forzadas por los rebeldes. Precisó que los corredores están cerrados por el lado rebelde, pero abiertos en el otro extremo, es decir, en las áreas controladas por el régimen.

De Mistura pidió que no se obligue a ningún civil a abandonar la ciudad y que quienes quieran salir de Alepo se dirijan adonde quieran. Además debería haber un alto el fuego sostenido, de modo que la salida de habitantes y el ingreso de convoyes humanitarios no sean riesgosos.

Para De Mistura, la propuesta de Rusia y Siria aún es un borrador. Aclaró que las provisiones para la parte asediada de Alepo sólo durarán tres semanas más.

No hay corredores humanitarios en Alepo. A los que mencionan los rusos, los habitantes de Alepo los llaman corredores de la muerte, indicó Ahmad Ramadan, miembro de la coalición de la oposición en el exilio y oriundo de Alepo, ciudad dividida desde 2012 entre barrios controlados por el régimen –oeste– y los rebeldes –este.

Mientras, combates entre las fuerzas del gobierno y rebeldes en Alepo, así como ataques del Estado Islámico, dejaron al menos 38 muertos, entre ellos varios niños. En Idleb una clínica para embarazadas, mantenida por Save the Children, fue bombardeada, informó el OSDH, que dio cuenta de al menos dos muertos y varios heridos.