Washington.

El presidente Enrique Peña Nieto eligió a la Casa Blanca como el foro desde el cual decirles a Donald Trump y a Hillary Clinton que su gobierno no se involucrará, opinará o fijará posición sobre los comicios en puerta en Estados Unidos.

En cambio, propuso a quien entre ellos resulte electo, un diálogo franco y abierto sobre la relación bilateral. Además, aseguró no haber hecho comparaciones entre el aspirante del Partido Republicano y Hitler o Mussolini.

Quiero reiterar: nunca antes he hecho ningún señalamiento ni calificación de ninguno de los candidatos hoy en la competencia democrática de Estados Unidos. Cualquier tema o afirmación que haya hecho ha sido descontextualizada, aseguró el mandatario mexicano a pregunta expresa de la prensa estadunidense.

Seis meses antes de la llegada de un nuevo jefe de la Casa Blanca y todavía con la marca fresca de los pasados tres días durante los cuales los delegados de la convención republicana proclamaron candidato al empresario Donald Trump, el jefe del Ejecutivo quiso dejar en claro: si se recoge todo lo que haya dicho sobre este proceso, siempre, invariablemente, he expresado absoluto respeto al mismo porque es un asunto que está en la decisión exclusiva del pueblo de Estados Unidos.

Con su anfitrión Barack Obama como atento escucha de la traducción, Peña Nieto expresó: desde ahora, mi absoluta voluntad de colaboración a quien, en noviembre, sea electo como líder de esta gran nación.

Su administración, indicó, no opinará ni se involucrará en el proceso electoral, si bien lo observará con gran interés.

El próximo presidente o presidenta de este país, señaló, encontrará en México y su gobierno una actitud constructiva, propositiva y de buena fe, para engrandecer la relación de ambos países.

Expresó su mayor respeto a los aspirantes Clinton y Trump, propuso un diálogo franco a quien gane la elección del próximo 8 de noviembre, y se dijo confiado en poder dar con la próxima administración un paso hacia adelante para enfrentar retos comunes, aprovechar las oportunidades compartidas y encontrar soluciones a posibles diferencias.

Para México es importante, dijo Peña Nieto, que a Estados Unidos le vaya bien y tenga una economía fuerte, y a este país le conviene que ocurra lo mismo con la economía mexicana.

Por ello, planteó de nuevo, el próximo presidente encontrará en México a un aliado estratégico para enfrentar los desafíos económicos y de seguridad que compartimos.

A diferencia del presidente Obama, quien en un par de ocasiones durante la conferencia de prensa hizo referencia a muros, en clara alusión a la barda propuesta por Trump a lo largo de la frontera entre México y Estados Unidos, Peña Nieto no se refirió a ningún postulado de dichos aspirantes.

Para el presidente mexicano la relación entre ambos países es amplia y en distintos frentes; va más allá de los vínculos de los gobiernos, y de ahí la actitud de su administración de comprometerse a trabajar con quien resulte electa o electo, presidente de Estados Unidos, en la decisión que será de los estadunidenses.