Mediante un resonador se observan áreas del cerebro
Martes 19 de julio de 2016, p. 33
A partir de técnicas de resonancia magnética funcional, procedimiento clínico y de investigación que permite mostrar en imágenes las regiones cerebrales que ejecutan una tarea determinada, Diana Paulina Martínez Cancino, estudiante del doctorado en ingeniería biomédica de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), diseñó un protocolo para paliar efectos negativos de trastornos del sueño.
El aporte beneficiaría a personas con el padecimiento o que por algún requerimiento laboral necesiten mantenerse despiertas y atentas, como pilotos, conductores y operadores de máquinas; en una etapa más avanzada ayudaría en los tratamientos contra el Alzheimer y el mal de Parkinson.
El proyecto de investigación Protocolos de estimulación magnética transcraneal de alta frecuencia, aplicados a memoria de trabajo –desarrollado en el Centro Nacional de Investigación en Imagenología e Instrumentación Médica de la Unidad Iztapalapa– pretende sentar parámetros óptimos no invasivos para mejorar las capacidades cognitivas.
Martínez Cancino explicó que la técnica de resonancia magnética funcional permite observar en un resonador cómo reaccionan las áreas cerebrales al desempeñar determinadas tareas. Se aprecian sólo imágenes anatómicas, pero es posible observar el metabolismo del cerebro, en particular la cantidad de flujo sanguíneo requerido para ejecutar alguna labor, pues cada una tiene determinado nivel de dificultad
, indicó.
La investigación empleó una técnica denominada n-back, tarea de memoria de trabajo que nos permitió encontrar ciertas áreas cerebrales muy sensibles a la privación del sueño
.
Se efectuaron dos pruebas en el resonador. En una, las personas llegaron descansadas y sin una condición que pudiera alterar su funcionamiento; en otra fueron privadas del sueño por 24 horas, después volvieron a entrar al equipo.
El aparato registró las diferencias entre pre y pos privación del sueño. Martínez Cancino detectó que existen áreas específicas del lóbulo frontal que resultaban muy afectadas
ante la falta de descanso.
El resultado más relevante, añadió, es que la parte más alterada en las personas privadas de sueño es el control ejecutivo
, lo que significa que un individuo puede seguir almacenando información y hacer actividades, pero no es capaz de tener un control óptimo al ejecutar ciertas acciones, por ejemplo, tratar de recordar una letra que haya visto.