En plena crisis electoral, de credibilidad y financiera, la cúpula perredista eligió a Alejandra Barrales Magdaleno como nueva presidenta nacional para que concluya en 2017 la entrecortada gestión de tres años, que fallidamente dirigieron Carlos Navarrete y Agustín Basave, quien ayer no se presentó a la sesión.

La designación de Barrales fue considerada por consejeros “una imposición del jefe de Gobierno (Miguel Ángel Mancera), y a su vez un guiño de Alternativa Democrática Nacional (ADN) y Vanguardia Progresista para que Nueva Izquierda se sumara al bloque mayoritario en favor de la ex secretaria de Educación de la Ciudad de México, porque ella fue designada consejera por el favor de los Chuchos”.

A Nueva Izquierda, que cada día pierde fuerza, no le quedó alternativa que ceder al nombramiento de Barrales, sin garantía de recibir posiciones y cuotas de poder a cambio. No obstante, se supo tras bambalinas que ya habría negociado con Mancera la presidencia del PRD en la capital del país, y la apertura de las alianzas electorales con el PAN en 2017 y 2018.

La pretensión de este acuerdo, se dijo a este diario, es cerrar la puerta a un acuerdo con las izquierdas, particularmente con Andrés Manuel López Obrador.

En el consejo perredista sus integrantes no aceptaban que habían negociado cargos; no obstante trascendió que ADN ocupará la secretaría general del PRD capitalino, y mantendrá la coordinación de la Cámara de Diputados.

Ayer sólo se inscribieron en el proceso Alejandra Barrales y Pablo Gómez Álvarez. Beatriz Mojica, la carta de los Chuchos, desistió porque no concitaba más respaldo que el de su expresión y ahora deberá desalojar el piso octavo del edificio del PRD, que ocupó en los 15 días de encargada de despacho, y tendrá que bajar al séptimo.

El método de elección permitió a los aspirantes emitir un discurso de 15 minutos para fijar su proyecto de partido. Al frente de la sillería se encontraban líderes de las corrientes: Jesús Ortega, Héctor Serrano, Héctor Bautista y René Bejarano, cobijando a Barrales, quien obtuvo, tras tediosas negociaciones, mayoría relativa, con 264 votos de 324 asistentes, contra 58 para Pablo Gómez y dos abstenciones.

Derrotado quedó el grupo que respaldaba a Pablo Gómez, con la notoria ausencia del coordinador de los senadores, Miguel Barbosa, mientras Carlos Sotelo, dirigente de Patria Digna, intentaba convencer a consejeros de que la mejor propuesta se personalizaba en el ex dirigente estudiantil del 68 y a quien consideró el único capaz de negociar un frente de izquierda en el país y ser un crítico del gobierno.

Pablo Gómez, actual representante del PRD ante el Instituto Nacional Electoral, en su oportunidad, acusó en el consejo al líder de ADN, Héctor Bautista, de haberlo traicionado: la candidatura salió de Héctor, no sé por qué cambió después.

Advirtió que el PRD enfrenta una crisis profunda, que lo tiene en 6 por ciento de las preferencias electorales, y no está para parches. No tenemos una dirección leal al partido. Se requiere de construcción de un plan de poder, y no seguir siendo un grupo de presión.

En su discurso, Alejandra Barrales dijo: Estoy aquí por el amor y la lealtad que le tengo a mi partido y que he demostrado.

Al abordar el tema de las corrientes que integran al PRD, manifestó: hay mucho debate, se ha señalado que hay que desparecerlas. Cada una de las expresiones dan vida a este partido. Eso es el PRD, hay que reconocerlo, hay que aplaudirlo, hay que conducirlo.

Una vez que fue electa, se lanzó tibiamente contra el PRI, no tocó al PAN y advirtió que el PRD no irá a la cola de ningún partido, en referencia de Morena.

Apenas concluyó la elección, surgió, como por arte de magia, una carta firmada por Mancera y los gobernadores de Tabasco, Michoacán y Morelos celebrando el triunfo de Barrales.

La nueva dirigente salió del encuentro cobijada por los diputados Mauricio Toledo y Julio César Moreno, a quienes agradeció su respaldo y apoyo en el proceso de selección

Tras concluir el consejo, Miguel Barbosa criticó la designación con dos tuits: Con la llegada de Barrales avanza la amenaza de volver al PRD el Partido Verde del PAN, además de que los “Chuchos recuperan presidencia; son listos, engañaron a unos y otros se dejaron engañar; al tiempo”.