Esta vez será el adiós definitivo, afirmó el ganador de 22 medallas
Será el primer nadador varonil de EU en competir en cinco JO
Domingo 17 de julio de 2016, p. a15
San Antonio.
Michael Phelps está de regreso para una secuela de su despedida olímpica en Río. Esta vez, aseguró, realmente es el adiós.
Será el primer nadador varonil de Estados Unidos que compite en cinco Juegos Olímpicos. Ya es el atleta más condecorado en la historia de la justa con 18 medallas de oro y 22 en total, y a sus 31 años de edad es la estrella más grande en un deporte que también cuenta con la adolescente sensación, Katie Ledecky.
Se espera que Phelps aumente de manera importante su cosecha de medallas. Se clasificó en sus tres mejores pruebas individuales y es posible que sea parte de los tres equipos varoniles de relevos en la delegación de su país.
–Es el final. Ya no más –advirtió Phelps.
–¿Estás seguro de eso? –le preguntaron.
–Fue todo. El cuerpo no da más. Es mi última competencia.
El nadador de Baltimore se retiró inicialmente luego de Londres 2012, sólo para cambiar de parecer 18 meses después.
Hace cuatro años dijo que ya no quería estar en los juegos y que no estaba en su mejor forma, pese a que conquistó cuatro oros y dos platas. Volvió con renovada pasión, pero sólo para encontrarse con otro gran obstáculo tras ser arrestado por segunda ocasión por conducir en estado de ebriedad.
Eso provocó que Phelps hiciera una transformación total en su vida personal. Fue a terapia, dejó el alcohol, se comprometió con su novia, hizo las paces con su padre, de quien se había alejado, y el mayor cambio de todos fue que se convirtió en padre por primera ocasión en mayo, tras el nacimiento de su hijo Boomer.
Sin importar lo que suceda en Río, así es como realmente se quiere despedir, Phelps en la cima del éxito.
Si la broma del destino volvió célebre el pronóstico que le hizo su profesora de lengua, cuando Phelps era un niño con trastorno por déficit de atención e hiperactividad, según la cual aquel pequeño jamás llegaría a nada, ahora el estadunidense no se conforma con el éxito que ya conquistó y quiere hacer más deslumbrante su biografía.
Phelps se sobrepuso a un contexto escolar y familiar poco amables gracias a que lo empujaron literalmente a la piscina para buscar en el agua y las brazadas refugio frente a las constantes peleas de sus padres.
Ya montado en el triunfo deportivo, en 2004, el nadador fue arrestado por primera vez por conducir a exceso de velocidad y con alto grado de alcohol en la sangre, delito en el que incurrió de nuevo en 2014 y que le costó una condena de 18 meses de prisión y luego se vio obligado a someterse, durante ese mismo lapso, a un programa de desintoxicación.
La sanción derivó también en una suspensión de seis meses de toda competencia, incluidos los Mundiales de Kazán en 2015, aunque antes, en febrero de 2009, también se alejó de las piscinas (tres meses), luego de que el tabloide británico News Of The World publicara una foto donde se le veía fumando mariguana con una pipa de agua.
Todos esos fueron, según reconoció el multicampeón en una entrevista con la revista Sports Illustrated, momentos en los que se sentía en un lugar oscuro y no quería vivir más.