¡D
efendamos la educación en Oaxaca!
Con este título sonoro que pretendía ser convincente, 64 organizaciones empresariales y vinculadas a los empresarios publicaron un desplegado a plana entera en los diarios más cercanos a la promoción de sus intereses. Estaban encabezadas por las organizaciones empresariales de mayor tamaño: Consejo Mexicano de Hombres de Negocios, Consejo Coordinador Empresarial, Confederación Patronal de la República Mexicana, Confederación de Cámaras Industriales, Cámara Nacional de la Industria de la Transformación, Asociación de Banqueros de México, Consejo Nacional Agropecuario, Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros, Asociación Mexicana de Intermediarios Bursátiles, Consejo Empresarial Mexicano de Comercio Exterior, Inversión y Tecnología y la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales.
La organización operativa de todas ellas para impulsar su reforma educativa es Mexicanos Primero, liderada por Claudio Xavier González.
En su desplegado, los empresarios y sus allegados se lamentaban profundamente
de los eventos trágicos de Nochixtlán y rechazaban la provocación y la violencia
. Demandaban separar, claramente
, los asuntos políticos de los educativos. Y, por sus malos resultados
y el dominio de la sección 22 que controlaba los nombramientos y los manejos de las finanzas educativas
, señalaban que Oaxaca es el estado que más necesita la reforma educativa.
En el centro del desplegado quisieron que su tono fuera indudablemente patronal: Por ello, exigimos a la Secretaría de Gobernación: ¡Ni un paso atrás en la reforma educativa!
El lamento empresarial se sintió fungoso: ¿eventos trágicos en Nochixtlán? ¿No fue un asesinato masivo de un grupo desarmado por un cuerpo de seguridad? Pero los empresarios no señalan a sus responsables. Mejor, entonces, trasladar la culpa a los que ellos satanizan por los bloqueos, el vandalismo, el saqueo, el tráfico de influencias, la ignorancia y la corrupción. O sea, aquellos sobre los que se ordenó tirar a matar: los maestros. Por lo mismo, no es a la Secretaría de Educación Pública a la que le exigen no dar ni un paso atrás en la reforma educativa, sino a la Secretaría de Gobernación, que es la que puede seguir reprimiendo a quienes salen a la calle a manifestar su descontento contra una política privada a la que se le quiere dar facha de pública.
Es esa noción torcida de resolver los problemas comunes la que los lleva a demandar que se separen los asuntos educativos de los políticos. Como si ellos separaran el lucro del poder. Católicos, lejos están de lo que sus propios obispos han asumido como lo más racional: el diálogo, la base de la política, para resolver el problema creado al magisterio con la reforma educativa. O de lo que el obispo Raúl Vera ha dicho en Monterrey, ciudad donde se hizo presente en apoyo a los disidentes: que la reforma educativa es inconstitucional y esclavizante para los maestros. Y más: “¡Qué fácil –dijo– cuando a Pilatos se le ocurre hacer esta salvajada para amedrentar al pueblo entero! Pero pone un ejemplo de lo que es capaz de hacer, de lo que él y el César pueden hacer”. Empero, llamó a los maestros a no amedrentarse. Finalmente, ¿qué ha dicho el Papa Francisco? El futuro nos exige la rehabilitación de la política, que es una de las formas más altas de la caridad
La reforma educativa mostró en Nuevo León su verdadero rostro: el de la demolición de las conquistas laborales. La movilización magisterial no se hizo esperar. Y en la calle se pronunció en contra de esa reforma.
En un primer momento, el gobierno de Jaime Rodríguez Calderón pareció hacerse eco del berrinche empresarial: amagó a los maestros y señaló con dedo policiaco a partidos y otros grupos que apoyan la protesta magisterial. El nombre de Andrés Manuel López Obrador estaba a flor de labio, pues control, castigo y cálculo políticos están condicionados por las elecciones de 2018. Las voces identificadas con los empresarios lo descalificaron: oportunista
. El Estado mexicano nos ha acostumbrado a permanecer encasillados y a tenernos vigilados y controlados desde su panóptico. Pero, ¿no se le habría reprochado a López Obrador mantenerse dentro de su casilla? Por supuesto. En adelante, político que quiera permanecer al margen de los problemas y los movimientos sociales será visto como una figura colonizada por las políticas de los ricos.
En un segundo momento, el gobierno del estado se ha aprestado al diálogo. No le resulta fácil. Dentro del propio movimiento magisterial hay un sector del SNTE propenso al elbismo. Tiene contra las cuerdas a la titular de la Secretaría de Educación, defendida por el gobernador Rodríguez Calderón, y pide su cabeza. Esta demanda se ha complicado con la breve detención –fue puesto en libertad poco después de 24 horas– del líder de la sección 50 del SNTE, Guadalupe Castillo, por el presunto desvío de 35 millones de pesos derivado de unos seguros de vida no contratados. La sospechosa diferencia de trato es obvia: a Rubén Núñez, líder de la sección 22 de Oaxaca, se le detuvo en un penal de alta seguridad, mientras que en el caso de la sección 50 se le apresó apenas 24 horas, a pesar de que existían denuncias de maestros en su contra.
El descontento no es sólo magisterial, es social, y la capacidad de maniobra del gobierno de Peña Nieto, aun con el apoyo de los empresarios, no parece poder contenerlo. No tiene con qué.