Lunes 11 de julio de 2016, p. 25
Las medidas aplicadas por las autoridades hacendarias para lograr una disminución de la deuda pública como proporción del producto interno bruto (PIB) son positivas, pero insuficientes para reducirla al mismo ritmo que ha crecido en lo que va del sexenio, alertó el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (Ceesp).
En su Análisis económico ejecutivo el organismo explicó que de acuerdo con cifras oficiales, el Saldo Histórico de los Requerimientos Financieros del Sector Público aumentó en casi 3 billones de pesos entre el cierre de 2012 y el primer trimestre de este año, lo que significa que el total de compromisos del sector público se incrementó en 50.1 por ciento en ese lapso.
Dijo que los esfuerzos para corregir esta situación deben ser contundentes, y sin duda más allá de los recortes anunciados
, pues con dichas medidas se tiene previsto reducir el déficit del sector público, e incluso lograr un superávit primario de 0.2 por ciento para 2017, cuando para que la deuda ya no crezca como porcentaje del producto es necesario que el superávit primario sea de entre 1.3 y 1.5 por ciento del PIB.
A finales de junio, cuando anunció el último recorte presupuestal por casi 31 mil 715 millones de pesos, el secretario de Hacienda Luis Videgaray dijo que el compromiso del gobierno es reducir gradualmente el tamaño de la deuda respecto del PIB y el déficit fiscal para lograr el próximo año, por primera vez desde 2008, un superávit primario, que es la diferencia entre el ingreso y el gasto públicos antes del pago de intereses de la deuda.
Se frena el consumo interno
El Centro consideró que para lograr un superávit primario adecuado, además de recortes al gasto y fortalecer las fuentes de recursos recurrentes del sector público, es necesario un mayor ritmo de crecimiento económico.
No obstante, advirtió que ante el panorama económico nacional y mundial se estima que al menos en lo que resta del año y el próximo, la actividad económica del país seguirá aletargada.
Alertó que el mercado interno, que ha sido el origen principal del avance de la economía, muestra señales de moderación y, por ende, de su incidencia en el crecimiento económico, pues según datos del Inegi en abril el comercio minorista registró su caída más pronunciada en los últimos 32 meses, y las cifras más recientes de la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales indican que sus ventas en mayo reportaron los avances más bajos desde finales de 2014.