Hizo lo que quería y eso otorga una posición de privilegio; por eso la clavadista Paola Espinosa argumenta que ganar dos medallas en sendas ediciones de Juegos Olímpicos le permitió disfrutar mucho más este camino a Río de Janeiro 2016.

Como sea ya soy doble medallista olímpica y es algo que nadie me va a quitar, dice la clavadista de 29 años, que conquistó la presea de bronce en Pekín 2008 y la de plata en Londres 2012, ambas en la modalidad de sincronizados en plataforma de 10 metros. Ahora que está a punto de embarcarse en sus cuartos Juegos Olímpicos, el anhelo de subir de nuevo al podio la entusiasma con fuerza.

Ya hice lo que quería hacer, dice Paola. Tengo el sueño de conseguir otra medalla para mi país, pero en realidad ya logré muchas cosas por mí, por mi entrenadora, por mi equipo de trabajo y por México.

La sensación de haber cumplido con las expectativas en dos ocasiones –sin contar el oro que consiguió en el Mundial de Roma 2009– le resta presión.

Paola aclara entonces que eso no significa que el proceso sea más sencillo, por el contrario, lo describe pesado y demasiado competitivo.

Me exige el ciento por ciento de mi mente y habilidades, explica. El nivel de competencia ha subido y cualquiera puede dar la sorpresa.

La competencia para estos juegos –indica– ha sido más cerrada que otras ediciones, por lo que previene que cualquiera de las clavadistas puede aspirar a triunfar sin titubeos.

Somos ocho parejas que ya estamos dentro de la final, porque es final directa, y en los Juegos Olímpicos cualquiera puede dar una sorpresa, recuerda. La competencia se ha puesto muy difícil, pero el trabajo con mi entrenadora Ma Jin ha servido bastante para llegar bien preparados y hacer muy buenos clavados, tanto en sincronía como individual.

Falta menos de un mes para el inicio de los juegos de Río de Janeiro y Paola sólo afina algunos detalles para sus pruebas. Sobre todo la de aclimatación para tirar desde plataformas en albercas a cielo abierto, algo distinto a lo que acostumbran en los entrenamientos en instalaciones techadas.

Sólo falta un campamento en Veracruz para aclimatarnos a la alberca al aire libre, cuenta. Tirar en albercas al aire libre siempre abre un margen para las sorpresas, sobre todo porque todos entrenamos en alberca abierta. Siempre puede haber sorpresas en alberca al aire libre, porque todos entrenamos con albercas techadas y además son Juegos Olímpicos, donde todo puede pasar, previene.

Por eso Paola está impaciente por demostrar todo lo que ha entrenado. Si hay tensión social y política en Brasil, a ella no la distrae, porque asegura que lo único que piensa es en volver a representar a México y a ganar otra medalla, a pesar de que ya hizo lo que quería por su país.