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Exigen cese de campañas de odio y reconocimiento de familias homoparentales

Participan decenas de miles en Marcha del Orgullo gay en la Ciudad de México

Somos un grupo de personas que nos procuramos amor y respeto, como los demás

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Sobre Paseo de la Reforma, los manifestantes llevaron consigo una bandera de 40 metros de largo con los colores del arcoíris, símbolo del movimientoFoto Jair Cabrera
 
Periódico La Jornada
Domingo 26 de junio de 2016, p. 13

Ema Villanueva, de 40 años, y Yanis Alba, de 45, están casadas y piensan que es muy importante marchar para hacer visible la lucha por sus derechos. Y este sábabo lo hicieron junto con su hija de 11 años, quien está aprendiendo a pedalear. La llevaron al centro de la Ciudad de México en su bici con rueditas de entrenamiento y una bandera con los colores del arcoíris. Son una de las familias que encabezaron la 38 Marcha del Orgullo LGBTTTI (lesbianas, gays, bisexuales, transexuales, transgénero, travestis e intersexuales), que salió a las doce y media del Ángel de la Independencia y que cinco horas después aún no terminaba de llegar al Zócalo, a donde arribaron 200 mil personas, según las autoridades capitalinas.

Todas las familias, todos los derechos ¡ya!, fue el lema de este año. Antes de partir hubo un mitin, en donde activistas y ciudadanos exigieron el reconocimiento y trato igualitario para las familias homoparentales (de dos papás o dos mamás) y para las que están conformadas por personas LGBTTTI en general, además de que se pronunciaron en favor de la aprobación de la iniciativa presidencial sobre el tema.

Representantes de la Red de Madres Lesbianas de México dijeron que en nuestro país y el mundo nos encontramos en un momento aterrador en el que líderes de iglesias y organizaciones promueven discursos de odio y discriminación en contra de las familias diversas. Su demanda fue que paren las campañas de odio que están orquestando en contra de nuestras familias.

Al avanzar rumbo al Zócalo, donde esta movilización tuvo paso franco, papás, mamás, hijas e hijos –quienes estuvieron acompañados por funcionarios públicos y personajes como la embajadora de Estados Unidos, Roberta Jacobson– gritaban saquen sus biblias de nuestras familias.

Ema, partera y correctora de estilo, y Yanis, artista visual, consideran que algunos hablan de familias como la nuestra como algo malo, equivocado. Pero no somos eso. Somos un grupo de personas que nos procuramos amor y respeto, como las familias de los demás.

Así como en la bicicleta de la hija de Ema y Yanis, los colores del arcoíris, símbolo del movimiento, estaban en banderas pequeñas que llevaban cientos de mujeres, hombres, niños y ancianos que caminaban por Paseo de la Reforma; en una bandera de 40 metros de largo que cargaron decenas de personas hacia el Zócalo, en las caras de todos los manifestantes, en globos, bufandas, guirnaldas, sombrillas, mascadas y hasta adornando las fachadas de algunos edificios y negocios que simpatizan con la movilización.

La masacre de Orlando fue rememorada de manera especial. El asesinato de 50 personas en un club gay de la ciudad ubicada en la península de la Florida Duele a muchos y así lo hacen saber en sus pancartas.

Cerca de las familias –algunas de las cuales iban en tres Turibuses que les prestó el Gobierno de la Ciudad– marcharon funcionarios capitalinos y de empleados de 12 empresas –ninguna de ellas mexicana– que pertenecen a la red Pride Connection, que promueve la inclusión de la comunidad Lésbico, Gay, Bisexual, Transexual (LGBT).

Muchos vieron pasar a los que marchaban. Unos sólo miraban, pero otros mostraban su apoyo a la movilización. Y unos más, como unos veinte manifestantes que se identificaron como miembros del neonazi Frente Juvenil Nacionalista de México, algunos con los rostros cubiertos, les gritaron en el Zócalo, pinches maricones, háganse para allá. Ahí intervino personal de la Comisión de Derechos Humanos local, que pidió a los participantes en la marcha que no se dejaran provocar.

Más atrás, un poco lejos de las consignas y de los mensajes políticos, decenas de carros alegóricos avanzaron por los carriles centrales de Reforma, que estuvo abarrotada por horas. En ellos iban cientos de jóvenes disfrazados, que tocaron música y bailaron.

En la marcha estuvieron, entre otros, el secretario de Desarrollo Social de la Ciudad de México, José Ramón Amieva; la presidenta del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), Alexandra Haas; y Jaqueline L´Hoist, titular del Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación de la capital, así como representantes de las embajadas de Gran Bretaña, Francia y Holanda.