La pieza Macho Man XXI es una obra de contrastes, define la coreógrafa y bailarina Tania Pérez-Salas, quien explora la violencia de género.

El estreno de esa propuesta se efectuará en la temporada de danza en el Palacio de Bellas Artes el 15 y el 16 de julio. Junto a Macho Man XXI se presentarán dos piezas más: 3.1416 y Las aguas del olvido.

La creación de Macho Man XXI se desarrolló durante un año, de forma interrumpida, debido a los compromisos de su compañía, pero la idea nació hace ocho años durante una gira de trabajo en Egipto, donde la coreógrafa topó con esa cultura. Las cosas fueron difíciles de organizar para el montaje por ser mujer y directora. Los técnicos no me hacían caso, indicó.

Sin embargo, lo más fuerte fue conocer de primera mano lo que ocurre en países donde la ablación del clítoris es asunto cotidiano,

“Al preguntarle a mi guía cuál había sido el dolor más grande que había tenido en el cuerpo, me dijo que a ella le habían cortado el clítoris a los nueve años y ese había sido un día festivo para su familia y su entorno social; 30 años después se dio cuenta de que le quitaron algo fundamental, algo que Dios se lo había dado, y se había vuelto una tradición, y temía por su hija.

Me comentó que a 97 por ciento de las mujeres les han hecho esa práctica y muchas de ellas mueren. Hubo un sonido sordo cuando me comentó esto, se quedó guardada esa experiencia, explica.

Por superar el machismo

Luego, Tania Pérez-Salas creó otras obras y vivió fuera del país 10 meses, tiempo que le sirvió para darse cuenta de que el machismo es diferente en México o en otros países. “Sentí inquietud por responder preguntas, compartir experiencias personales con el público a través de mi mirada de artista y mujer y dar un sentido distinto a las cosas.

“Me sorprendía que en momentos podía escuchar: ‘esto pasó así, sí es tu culpa’, cosas como la culpa, que carga la mujer sobre cualquier cosa. Si algo no sale bien, la culpa la tiene la mujer. Hay una violencia sicológica muy grande. La mujer se va conteniendo, achicando frente a esto. Cargamos muchos problemas e historias y ojalá que con el paso del tiempo podamos hacer que la sociedad se encuentre en un lugar más sano, amoroso.”

Tratar el tema de la violencia de género a través de la danza “llega a otra capa de nuestra conciencia, tiene la capacidad de transmitir de otra forma temas universales como el feminismo, el machismo; tiene una forma distinta de llegar a cada uno de nosotros, crea puentes de contacto con el espectador, y la mirada particular de una mujer que ha vivido en la Ciudad de México experiencias buenas y malas. He entrevistado a gente importante al respecto, todo lo trato de conceptualizar en la abstracción de la danza y lograr esto que es Macho Man XXI”.

En esta pieza la coreógrafa emplea por primera vez música en castellano, desde Nortec a trova vallenata, de autores mexicanos, argentinos y peruanos; mientras, en 3.1416 –que se estrenó en 2002–, la música es barroca, y en Las aguas del olvido –que trata sobre la relación del ser humano con el agua– se acompaña de música de Arvo Pärt y Stoa Group.

Las funciones serán el viernes 15 de julio a las 20 horas y el sábado 16 a las 13 y 19 horas en la sala principal del Palacio de Bellas Artes (Juárez, esquina Eje Central Lázaro Cárdenas, Centro).