Con una inversión mayor a 57 millones de pesos, el Gobierno de la Ciudad de México realizó obras de remodelación y ampliación en los centros de salud San Andrés Tomatlán y Santa María Aztahuacán, en la delegación Iztapalapa, así como en el de Santiago Tepalcatlalpan, en Xochimilco, y construyó el de El Pirú, en Álvaro Obregón, los cuales en conjunto atienden a unas 300 mil personas.

Luego de cortar el listón de reinauguración del centro de salud San Andrés Tomatlán, cuyo laboratorio explotó en 2007, el mandatario capitalino Miguel Ángel Mancera Espinosa remarcó que se abrían de manera simultánea los otros tres centros, porque son obras que necesita la población.

“No esperamos a hacer un acto político de cada una de las inauguraciones, ya que se requiere que la comunidad los utilice, los aproveche. Dijimos: ‘de una vez vamos a echarlas a andar de manera simultánea’”, explicó ante los vecinos reunidos en el patio del centro de salud.

Mancera Espinosa enfatizó que la atención que brinda su administración mediante el programa El médico en tu casa no es un pretexto para dejar de construir más infraestructura en materia de salud. No podemos tomarlo como que ya no se requiere, dado que vamos a los domicilios, acotó.

Por otra parte, tras comentar que aún hay muchas personas que dicen que no cuentan con seguridad social por no estar afiliados al IMSS o al Issste, el jefe de Gobierno aclaró que sólo por vivir en esta ciudad todos tienen acceso gratuito a los servicios de salud.

Reconoció que quizá el gobierno capitalino no ha sabido divulgar este beneficio, por lo que pidió al secretario de Salud local, Armando Ahued Ortega, a realizar una gran tarea de difusión y de credencialización para que toda la gente sepa que sí tiene servicio médico de alta calidad y especializado en diabetes, obesidad, autismo y rehabilitación, entre otros.

El titular del Ejecutivo capitalino recordó además que por ley todos los capitalinos tienen derecho a practicarse un exámen médico completo al año. Aprovéchenlo, háganse los estudios.

Exhortó a las mujeres a practicarse sus exámenes cérvico uterinos y de mama; y a los hombres la prueba de próstata. Mientras que a las jóvenes embarazadas las llamó a acudir el médico para que su bebé nazca bien.