Dan a conocer La imaginación pública, poemario de la narradora
el lenguaje de otrosy reflexiona sobre la alteridad
Jueves 23 de junio de 2016, p. 6
La cartografía del cuerpo, la temporalidad, la resonancia, las enfermedades y la seducción de las palabras fueron algunas de las referencias a La imaginación pública, poemario de Cristina Rivera Garza.
Editado por la Dirección General de Publicaciones de la hoy Secretaría de Cultura federal, ese libro fue presentado la noche del martes por Mónica Nepote, Carla Faesler, Sara Uribe, Roberto Cruz Arzabal, Fernando Rivera Calderón y la autora, quienes develaron la forma en que se rebela el cuerpo como una experiencia
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La imaginación pública recoge el lenguaje de otros
para generar una reflexión drástica sobre la alteridad de la lengua propia, sus zonas turbias y su política inherente.
Así es como los poemas de Rivera Garza, coincidieron los invitados, encuentran su materia prima en Internet, en el habla coloquial, en las descripciones médicas, en textos de otras autoras, en traducciones, en los telegramas que nos llegan del pasado y en el léxico que nos rodea a todas horas.
“La imaginación pública dialoga con otros interlocutores sobre su complejidad, es decir, con todo lo que se produce, circula; es privado, social y público”, expresó Sara Uribe.
Para Roberto Cruz Arzabal la experiencia del cuerpo es lo que está por suceder, por lo que se hace y cómo se hace
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El cuerpo, prosiguió, es lo habitado y lo tocado, lo que resiente y resiste; quien esté habituado a la obra de Cristina comprenderá por qué esta locución inició hablando sobre un rodeo al cuerpo
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Esa obra de Rivera Garza es una elaborada reflexión sobre las posiciones y disposiciones de los cuerpos y los materiales
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Cuerpo, dolor, sexo y enfermedad
Desapropiaciones, pastiches, tachaduras, collages, rescrituras y necroescrituras: los mecanismos que generan esas nuevas composiciones permiten tocar lo íntimo –el cuerpo, el dolor, el sexo y la enfermedad– sólo si estamos dispuestos a no olvidar las mediaciones colectivas que lo vuelven posible en primera instancia, sostiene Rivera Garza en esa obra perteneciente a la colección Práctica Mortal.
En el catálogo de Planeta se incluyen sus novelas Nadie me verá llorar (Andanzas, 2000 y Maxi 2008), Ningún reloj cuenta esto (Andanzas, 2002), La cresta de Ilión (Andanzas, 2002), Lo anterior (Andanzas, 2004), La muerte me da (Andanzas, 2007) y Verde Shanghai (Andanzas, 2011); sus cuentos La frontera más distante (Andanzas, 2008), y su estudio histórico La Castañeda: narrativas dolientes desde el manicomio general, México, 1910-1930 (Tiempo de Memoria, 2009 y Maxi, 2011).
Su obra ha sido traducida al inglés, portugués, alemán, italiano y coreano. Rivera Garza es profesora de creación literaria en la Universidad de California, en San Diego.